lunes, 19 de octubre de 2015

La aptitud de la plantilla

Mi nueva Acta, publicada en Diario de Almería

Vélez ha sido un fijo, pero a la vez la punta del iceberg de una zaga desastrosa. Ni un gran Quique, ni el mismísimo Messi, podrían enmendar el dislate defensivo, sin olvidar a los guardametas

A estas alturas nos encontramos ante las siguientes disyuntivas: ¿hay plantilla para luchar por ascender, tal y como se suponía? Si se atesora potencial, ¿es Sergi el culpable? ¿O por el contrario se nos vendieron muy bien las bondades de un plantel justito? En ese caso, ¿son los que confeccionaron la amplia plantilla los que han errado? Demasiadas preguntas al aire sin una respuesta clara. De lo que no existe duda alguna, al menos para mí, es de que los conjuntos que hasta ahora se han enfrentado a la UDA serían los colistas de la Segunda A de Emery y Gracia como inquilinos del banquillo almeriense. Esa aseveración me lleva a pensar que el mermado potencial rojiblanco lo es más por deméritos propios que por capacidad de los rivales. Sin ir más lejos, lo acabamos de comprobar ante el Elche, un equipo aseadito, con escasa técnica individual, que venía de perder por sendas goleadas con los poderosos Llagostera y Mirandés. Además, con el cartel de conjunto más goleado de la categoría, tras la UDA. Con estos antecedentes, ¿qué ocurrió en el Mediterráneo? Pues lo de siempre, pero multiplicado por diez. Si un conjunto necesita constantemente más de tres tantos por choque para vencer, muy mal lo lleva, a no ser que responda al nombre de Madrid o Barça. Ese mal endémico se hace viral, sobre todo porque es capaz de anular de raíz cualquier atisbo de mejora, aun contando con el mejor jugador de los 22, Quique. Por contra, Sergi y Rivera han contado a ciegas con la peor versión de Vélez. Ha sido un fijo, pero a la vez la punta del iceberg de una zaga desastrosa, por ser sumamente benévolo. El gol del empate ilicitano parte de un error del central en la que, a simple vista, era una sencilla entrega a Michel. La posterior falta del brasileño originó un pseudo penalti en contra de la UDA, dada la paupérrima colocación defensiva exhibida cada semana a balón parado. El segundo tanto visitante ni merece un serio análisis. Y en la sentencia del Elche, el adversario salta en solitario como si de un entrenamiento se tratase. Así, ni un gran Quique, ni el mismísimo Messi, podrían enmendar el dislate defensivo, sin olvidar a los guardametas. El débil plano mental al que tanto alude Rivera puede tener cierta lógica, pero no todo el mal reside ahí. La UDA no muerde al adversario desde los tiempos de Melo. El modelo de Alfonso García es preciosista, de gusto por el toque, sin embargo se debe evolucionar según las circunstancias, y éstas nos demuestran partido sí y partido también que el fútbol de los conjuntos de la parte baja de Primera y de los de Segunda, debe ser ordenado y estructurado por encima de la calidad, con una dosis de agresividad rayana en el límite permitido. A partir de ahora, no queda otra que apoyar al técnico que venga y a los nuestros, porque para no querer regresar a tierras almerienses, Espinosa fue recompensado con una acalorada ovación del respetable. 

lunes, 12 de octubre de 2015

La semilla que debe germinar

Mi nueva Acta, publicada en Diario de Almería

Los rivales parecen conjuntos de Champions, ordenados, con calidad en la medular y criterio para atacar. El Almería necesita un cambio total, como si le diéramos la vuelta a un calcetín

En la vida hay que extraer lo positivo de cada situación, por mala que ésta sea. El hecho de no caer derrotados, sumando por primera vez como visitantes, puede convertirse en un prometedor punto de partida tras tocar fondo ante el Tenerife. Pero quien solo pretenda contabilizar lo más destacado del choque en pos de despegar, obviando las grandes lagunas que ha demostrado el equipo capitaneado por Miguel Rivera, se equivoca por completo. Hay algo que llama la atención jornada tras jornada: los rivales parecen conjuntos de Champions, ordenados, con calidad en su centro del campo y criterio a la hora de atacar. ¿A qué puede ser debido? ¿A que el nivel de la Segunda División es elevado en la presente campaña, o a que la UDA concede todo tipo de facilidades? El resultado del Albacete en esta misma jornada nos puede dar una pequeña pista. Aquel equipo que nos pasó por encima provisto de calidad, sucumbió en su estadio por goleada. El Girona, que todavía no pudo vencer en su estadio, no lo hizo ayer por muy poco, porque a fuerza de ser sinceros, a los puntos lo mereció. Desde mi punto de vista, el equipo que nos concierne, el que se libró de ser farolillo rojo durante toda esta semana con la carga psicológica que hubiese conllevado, necesita un cambio total, como si le diéramos la vuelta a un calcetín. A la hora de atacar se cambian los roles. Son los defensas los que más pases intentan dar y los que mayor tiempo de posesión disfrutan, dato este muy preocupante. Me recuerda al dream team de Cruyff, cuando los contrarios dejaban llevar el peso del ataque a Sergi y Ferrer. Sabían que el plano ofensivo del poderoso Barça quedaba minimizado. A pequeña escala, nos ocurre algo similar. Además, el esquema que Rivera dispuso en la parcela central, así como su distribución, posibilitó que un adversario más de esta humilde competición pareciera la selección de Brasil del 70. Una pena, porque a los delanteros se les intuye cierto talento. Chuli nos dice algo cada vez que recibe un esférico, aunque sea en malas condiciones, y a Quique no se le puede pedir más. Estuvo colosal en Montilivi. Robó balones, ayudó a los centrocampistas y encaró en ataque. Con este proceder en el plano ofensivo, y con Reyes, Pozo e Iván Sánchez inexplicablemente en el banquillo, el ataque rojiblanco se vuelve más tierno que un osito de peluche. Lo peor es que a la hora de defender, desde donde los conjuntos suelen adquirir la confianza, tampoco se vislumbra orden ni concierto; tan solo se estuvo a expensas de la zaga, que ayer sí anduvo más expeditiva. Duele decirlo, pero el experimento de Rivera con Puertas y José Ángel casi nos cuesta el farolillo rojo. Ambos excanteranos están para complementar, no para liderar junto a un insulso Montoro. Creo que urge encontrar un técnico que pueda estructurar a este conjunto y, sobre todo, lograr que cada jugador muestre sus virtudes y esconda sus defectos. Ahí está la clave del triunfo. En cualquier caso, vamos a pensar que se ha sembrado una semilla que, allá por junio, debería germinar.

domingo, 4 de octubre de 2015

El último palo de ciego


Mi nueva Acta, publicada en Diario de Almería

Fue el último intento antes de perecer. La respuesta de Sergi al anunciar el once inicial, como entrenador del equipo más goleado de la categoría, fue clara: defensa de cinco para cortar la sangría de goles en contra. El sistema de los tres centrales es, desde mi parecer, una maravilla. Si se dispone de dos laterales de largo recorrido, se cumple con una de las claves.  Se cuenta con Míchel, perfecto. Por la izquierda la cosa flojea con Dubarbier. También son primordiales dos delanteros natos. Eldin no lo es. Por eso indicaba que para ejecutar a la perfección ese sistema, con el que Toshack triunfó en el Real Madrid, conviene contar con los elementos necesarios. Además, no se puede improvisar sin testar en pretemporada. Por lógica, el caos sobrevoló el Mediterráneo ante otro equipo mediocre (lo son la mayoría) de la categoría. Los contrarios, vistos hasta el momento, parecen ordenados y trabajados. Si hiciéramos una retrospectiva global del choque, se nos viene a la mente la facilidad para remontar tras el descanso. Precisamente, con un poco de orden y concierto, ciertas individualidades mostraron sus cartas de presentación. Supongo que es el método que busca Alfonso García con el cese de Sergi. Con gol mal anulado incluido, se le dio la vuelta a la tortilla con relativa facilidad; eso sí, utilizando un sistema verificado, con un Quique insustituible y un mayestático Míchel. Me da que el lateral brasileño va a volar antes del 2016. ¿Qué ocurrió a partir de exhibir la referida superioridad? Quizá la poca confianza que otorga el haber encajado tal cantidad de goles. Replegarse ante un Tenerife de juguete, tiene más que ver con la inseguridad de un conjunto goleado de más, que pretende asegurar la victoria a toda costa. Es cierto lo que manifestó un optimista Sergi (no sé si con retintín) al quejarse de las pocas ocasiones que tuvo el rival. Fue en lo único que le asistió la razón al ex entrenador rojiblanco, porque para conceder una oportunidad de oro al adversario ahí estaba Julián. Habría que contar hasta el infinito para calificar su proceder. Siendo el granadino un arquero tan espigado, ¿por qué utiliza siempre los puños al salir? Gracias a su desacierto en una jugada que no entrañaba excesivo peligro, un equipo que pudo empezar a atisbar el horizonte después de medio ordenar sus piezas, vuelve a caer en el abismo de la indecisión.  ¿Se puede aspirar al ascenso con dos cancerberos tan inseguros, pese al cambio de técnico? Yo, a las malas, me quedo con Casto. El epílogo de Sergi en el banquillo rojiblanco fue, cuando menos, pintoresco. ¿Pretendía que Pozo obrara otro milagro en dos minutos? Auténticos palos de ciego los del técnico catalán. Si el próximo entrenador logra que se juegue de memoria, con un patrón de juego definido, las individualidades rojiblancas que ahora parecen pollos sin cabeza, mostrarán lo mejor de sí. Ayer se comprobó durante unos pocos minutos. Pese al rayo de esperanza, el ultimátun a Sergi anunciado por este Diario, se ejecutó sin compasión. ¿Se está a tiempo de enlazar con los de arriba? Ojalá.