Alfonso García Gabarrón es el presidente que tenemos, para lo bueno (que es mucho) y para lo malo (que también tiene lo suyo). Es como nos pasa a casi todos, nuestro perfil interesante convive con el perjudicial, en una batalla final de cuyo resultado depende el carácter, nuestra disposición y el éxito final que en esta pasajera vida podemos obtener. En el artículo de hoy publicado en Diario de Almería, adapto el concepto fundamentado en la dualidad del yin y el yang a la personalidad del presidente, utilizando una de las múltiples aplicaciones de esta célebre teoría oriental.
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Últimamente, parece que está predominando todo lo malo...
ResponderEliminarUn saludo!