jueves, 30 de abril de 2015

Aquel Almería de negro

 Mi nuevo artículo, publicado en Diario de Almería

El concepto con el que Sergi aterrizó en el banquillo del Almería se interpretó a las mil maravillas. Equipo unido, bloque compacto a la hora de defender y de atacar, con continuos apoyos que esconden las deficiencias y ensalzan las virtudes. Me retrotraje a escenas del gran Almería equipado de negro que maravilló en el Bernabéu a las órdenes de Emery. Me atrevería a decir que con otra posición en la tabla y con todos los integrantes de la delantera disponibles, habríamos optado a presentar candidatura como jueces de la liga. Faltó ese plus que proporcionan Thievy y Wellington, porque Hemed no es ni la sombra de jugador que fascinó en las primeras jornadas. Lo que tengo muy claro es que este Almería funciona a las mil maravillas con cuatro centrocampistas. Tan seguro de esa apreciación como que Garitano rubricó, con su precipitada estampida del pasado domingo, el contrato de su vida, el que nunca imaginó firmar. Notable alto para un equipo que progresa adecuadamente con Sergi (se ha tragado el marrón de sentarse en los banquillos del Camp Nou y Bernabéu) , al que tan solo le echo en falta un poquito más de vigor a la hora de presionar. De hecho, las derrotas sufridas con el catalán han dejado un buen sabor de boca; ese es un dato que no cuenta en la práctica, pero que transmite seguridad. Pasadas las visitas inexpugnables, tenemos ante sí un cielo más abierto del que muchos creían y varios retos: ¿seremos capaces de hacerle frente a dos conjuntos como Celta y Málaga, que se juegan una plaza europea? Ahí está una de las claves. Otra, que no depende de nosotros, puede estar en un partido primordial para la liga, el Sevilla-Real Madrid. La victoria de los merengues serviría, presumiblemente, para distanciar a los de Emery del Valencia (nos conviene sobremanera), pero sobre todo podría obligar al Barça a vencer en la última jornada al Deportivo. Los que amamos al Almería por encima de preferencias entre los grandes, debemos desear la victoria blanca, que podría allanarnos el camino hacia la permanencia. 

lunes, 27 de abril de 2015

Ponga un Thievy en su plantilla

Mi nueva acta, publicada en Diario de Almería
 
Sigo pensando que nuestro conjunto no se puede permitir el lujo de jugar con tres delanteros, ni siquiera frente a los adversarios de nuestra Liga. Thievy marca con creces la diferencia

Cuanto más avanza la competición, más se adivina el menguado potencial de aquellos conjuntos que en la primera vuelta parecían poco menos que imbatibles. El Eibar es uno de ellos. Por eso, al recordar todos los partidos que se tiraron por la borda, sigo sintiendo una mezcla de rabia por no haber competido con todas nuestras armas, y de impotencia por no poder volver al pasado. Y eso que en la tarde de ayer existió cierto desequilibrio en la parcela central, donde los adversarios casi nos doblaron en número. Si a ello añadimos la gran presión a la que fuimos sometidos, se puede valorar en su justa medida la meritoria labor de Thomas, que estuvo en todas partes, y se debe destacar nuestra capacidad de sufrimiento en los instantes más delicados. Quizá, la sorprendente inclusión de Jonathan de inicio, con la probable misión de trabajar y desgastar al rocoso rival, en espera de la posterior entrada de Wellington, provocó que el referido desequilibrio en la medular se produjera durante demasiados minutos, hasta que mediada la segunda parte los armeros, ya muy cansados, dejaron de asfixiarnos. La continua inoperancia del Eibar también ayudó. Es posible que Sergi no contara con abrir la lata tan pronto, por lo que se decantó por potenciar el plano ofensivo. La jugada le salió a medias, más bien por el paupérrimo encuentro de Jonathan (en defensa y ataque), a excepción de dos jugadas puntuales. A buen seguro que Wellington hubiese sido la auténtica pesadilla del rival, como demostró nada más ingresar en el terreno de juego. Conclusión de la apuesta de Sergi y del posterior desarrollo: sigo pensando que nuestro conjunto no se puede permitir el lujo de jugar con tres delanteros, ni siquiera frente a los adversarios de nuestra liga. Lo más positivo es que Espinosa confirma la calidad que atesora, pese a que no brilló como ante el Granada. Sin embargo Thievy sí que marca con creces la diferencia. El congoleño muestra en cada partido una calidad muy por encima del resto de sus compañeros, si exceptuamos las diabluras de Wellington. Sin un jugador como Thievy, que en momentos clave es capaz de desatascar un choque, difícilmente se podría optar a la salvación. Eso sí, nunca se le debe arrinconar en una banda. Por suerte, el congoleño y el brasileño cumplirán ciclo de tarjetas para el Bernabéu, a la espera de las dos batallas seguidas en casa que nos esperan frente al Celta y Málaga (otro equipo cuesta abajo y sin frenos). Por cierto, la aportación de Rubén se me antoja decisiva. El cancerbero está demostrando el porqué de su retorno a la titularidad. A vueltas con los puntos que serán necesarios para lograr la permanencia, habría que volver a remitirse a la campaña 12/13, la más barata en la obtención de puntos para huir de la quema. Con 37 se libró el Celta. En la misma jornada 33 de aquella temporada, el conjunto que lideraba el trío de descendidos ya tenía 30 puntos, mientras que a día de hoy el Deportivo, antepenúltimo, suma 29. Si continúa el mismo ritmo, no serán necesarios en esta campaña más de 37 puntos para certificar la permanencia. ¿Estaríamos a tan solo dos victorias del objetivo? Ojalá... 

lunes, 20 de abril de 2015

La dificultad de nadar a contracorriente

Veníamos del abismo, por lo que la forma de caer en Vallecas se puede considerar una más de las que sufre cualquier modesto de Primera. Hay que recuperar los puntos regalados

Mi nueva acta, publicada en Diario de Almería

Veníamos del abismo, de soportar actitudes incomprensibles, de aguantar tácticas infumables o de padecer con sustituciones inexplicables, por lo que la forma de caer derrotados en Vallecas se puede considerar como una más de las que sufre cualquier conjunto modesto de primera. Tocar fondo con JIM (terrible legado el del alicantino), obliga a Sergi, sine qua non, a tener que ganarle tiempo al tiempo. Complicada tarea para el flamante técnico almeriense, al que no le bastará con hacer las cosas medianamente bien, como en la mañana de ayer. El once inicial, el planteamiento, las sustituciones y hasta el cambio de sistema durante la segunda mitad en busca del empate, vinieron en los momentos adecuados. Un gran jugador como Azeez volvió a disfrutar de minutos partiendo desde el comienzo, pero como le sucede al equipo, no hay tiempo para la adaptación, o blanco o negro, y el ejemplo más cercano lo tenemos el próximo domingo en el Mediterráneo. Pero analizando lo acontecido en Vallecas, podemos vislumbrar más luces que sombras. El referido Azeez, Thomas y Espinosa formaron, junto a Corona, un más que decente centro del campo. Thievy se fajó como el que más y Rubén demostró el porqué de su vuelta a la titularidad. No obstante, todos estos buenos ingredientes no juegan solos; enfrente se encontraba el Rayo de Jémez, un conjunto temible en su estadio, con piel de modesto, aunque con una plantilla integrada por unos jugadores que para sí quisieran los que realmente luchan por la salvación. Por eso quizá el técnico vallecano se encontraba tan molesto con los suyos al término del choque, calificando a sus jugadores de profesionales de tercera. Dispone de un gran plantel Jémez, pero creo que también le sobra chulería y le falta un poco de respeto al medir el trabajo del Almería, que también juega y cuenta en sus filas con jugadores internacionales. Como indicaba, no hay tiempo para perder, aunque dando la cara como ayer y gracias a la ocupación racional del terreno de juego, que nos permite ser un bloque muy junto y numeroso en la parcela central, sin extremos perdidos en la banda y con basculaciones defensivas en bloque, se albergan ciertas esperanzas. Lo malo es que hay que nadar contracorriente en busca de recuperar los puntos regalados cuando jugábamos tan abiertos, sin centro del campo, sin mordiente y con Espinosa, Thomas y Azeez calentando banquillo o grada. El único pero que se le puede achacar a las decisiones de Sergi fue el prescindir de Wellington tan pronto. Los cambios fueron inteligentes y en su momento, si bien del extremo brasileño se puede esperar cualquier cosa en cualquier momento. Una jornada más, la puntuación del equipo que marca la salvación, nosotros mismos, sigue siendo muy inferior a la que se suele dar en la jornada 32 de cada campaña cuando los 40 puntos sirven como referencia de permanencia. Se va confirmando que en esta temporada, con 38 puntos se puede lograr la salvación. Complicado para nosotros, pero para nada imposible.

lunes, 13 de abril de 2015

Sergi derriba unos cuantos mitos

Mi nueva acta, publicada en Diario de Almería

Demuesta que el sota, caballo y rey está diseñado para los obtusos. Lo que hizo JIM con Espinosa lo deja a la altura del betún. El nuevo técnico pone en su sitio a un díscolo como Édgar.

A partir de ahora tendremos que sepultar una serie de leyendas no escritas que, por otra parte, siempre intenté desterrar de las mentes más tradicionales a través de mis misivas semanales. De un plumazo, en un solo partido, Sergi demostró que el Sota, Caballo y Rey está diseñado para los obtusos. La titularidad de Espinosa y su posterior recital, no viene sino a confirmar que los entrenadores no son dioses y que el hecho de que un jugador no forme parte del once inicial, ni a veces vaya convocado, no significa automáticamente que esté en baja forma o no dé el nivel, aunque el entrenador de turno sea el que supuestamente más y mejor conoce la situación. Lo que perpetró JIM con Espinosa, nuestro Iniesta, derriba un mito y de paso coloca al ex técnico rojiblanco a la altura del betún. Otro precepto por los suelos es el sistema que tradicionalmente numerosos entrenadores han utilizado en el Almería. Los dos extremos, el mediapunta y el delantero, parecían intocables; sin embargo Sergi prescindió de un extremo, el escorado a la izquierda, con el fin de reforzar el control del centro del campo. Espinosa y Thomas, dos ex defenestrados sin razón aparente, se hicieron con el dominio absoluto de la que antaño era una zona reservada con alfombra roja para nuestros adversarios. ¿Eso qué significa? Como un rodillo, la tiranía rojiblanca terminó por machacar al contrario. Por ende, la mayoría de los rechaces de faltas y saques de esquina acabaron en las botas de los nuestros. Las matemáticas, no engañan. ¿Alguna explicación de la reciente ausencia de los referidos centrocampistas? Es más, con la presencia de ambos, Corona explotó mejor su calidad. Es simplemente una simbiosis, una sinergia que ya está inventada en el fútbol, con la que unos extraen lo mejor del resto de sus compañeros. El resultado final, nunca mejor dicho, es un control absoluto y una goleada con solo dos delanteros, no hacían falta más para vencer con autoridad. Uno Thievy, con libertad plena; otro Wellington, haciendo de las suyas. Las irrupciones por sorpresa de los centrocampistas tipo Bakero y laterales, desconciertan aun más que los arietes referencia. Además, las sustituciones dejaron de ser un galimatías para el aficionado, porque Sergi las ordenó todas ellas con sentido. Incluso se puso en su sitio a un jugador díscolo como Édgar. Otro mito que puede caer es el de los 40 puntos para salvarse. En la campaña anterior nosotros marcamos dicha salvación con esos 40 puntos, pero en la misma jornada de la temporada anterior, el penúltimo clasificado ya tenía 30 puntos. Sin embargo, hace dos campañas la puntuación de los colistas era similar a la que ahora ostentan los que luchan por no descender, y en aquella ocasión la permanencia la logró el Celta con 37 puntos. Es posible que en la actual temporada no se necesiten esos 40 míticos puntos que todo equipo modesto anhela. Tan solo hay que continuar por la senda que marca la imaginación, la decisión y la originalidad de un técnico que parece no haber venido a sentarse y vegetar en el banquillo, para seguir ejecutando los vicios de otros.

jueves, 9 de abril de 2015

Un halo de esperanza en el Camp Nou

Mi nueva acta, publicada en Diario de Almería

Los laterales casi ejercieron de centrales y los extremos de laterales. No hubiera estado mal contar con Mané en ayuda de Casado en lugar de Édgar. Eché en falta a Azeez por Corona

Riazor. Al unísono, se disputaba un trascendental encuentro en La Coruña; la victoria del Córdoba nos hubiera venido fenomenal, y a punto estuvo de lograrla, pero se puede considerar un lujo el hecho de finalizar esta jornada a tan solo dos puntos de la salvación (estoy convencido de que no nos restarán los tres de sanción, al menos, durante la presente campaña). Eso es lo que puede pensar Sergi como primera conclusión numérica. Después de todo lo acontecido y del pesimismo que, como siempre, suele reinar entre los aficionados rojiblancos, no es un desastroso punto de partida. Como tampoco lo fue el partido en el Camp Nou. Una vez más en esta temporada, los nuestros se esmeran ante los trasatlánticos. En el Mediterráneo sufrieron de lo lindo, y ayer se volvió a jugar lo más parecido a un bloque. O sea, la intención que demandó a su llegada JIM (ha demostrado ser pésimo) y lo que Sergi ha vuelto a remarcar. Es harto complicado extraer conclusiones del flamante técnico catalán debutando en el Camp Nou. A buen seguro que frente al Granada (ya no la madre, sino la abuela de todos los partidos) se podrá notar su mano. Ante el Barça, equipo que te engaña al parecer entrar por las bandas, cuando en realidad casi siempre penetra por el centro, los laterales (excepcional partido de Marín) casi ejercieron de centrales y los extremos de laterales. Quizá, como único pero, no hubiera estado mal contar con Mané en ayuda de Casado, fuera de forma, en vez de con Édgar. En el tanto que abrió la lata, Messi regatea a placer a un extremo como el canario. También en el centro del campo eché en falta a Azeez en detrimento de Corona (no estuvo muy afortunado el talaverano) o Espinosa. Indico esto porque si existe alguna manera de sorprender a los azulgrana en su estadio, es a base de músculo y acumulación de defensas. Todavía recuerdo la estampa de Eto'o de lateral. Al final, un toma y daca es un suicidio frente al conjunto de Luis Enrique. Por esa razón, con Thievy y Wellington en ataque nos hubiera sobrado. Ya sé que más de uno estará alucinando mientras lee estas reflexiones, pero como bien manifestó Sergi los partidos hay que jugarlos. Con ese modelo, los equipos inferiores al Barça pudieron rascar algo en su fortín. En definitiva, si no tachas los números de la primitiva seguro que no te toca. Donde sí tenemos bastante probabilidad de acertar es en el Mediterráneo el próximo sábado. No sé si le dará tiempo a Sergi a inculcar su filosofía. Quizá es más mentalización que otra cosa, aunque recuerdo las características del Recreativo de Huelva que entrenó hasta hace bien poco. Era un conjunto que disfrutaba con el balón, si bien una de las particularidades de los onubenses era la feroz presión en el centro del campo. Tanto, que en aquel encuentro los rojiblancos recibieron órdenes de sortear dicha presión bombeando balones desde la defensa a los delanteros. Veremos a ver si Sergi consigue transmitir con celeridad su credo, porque se supone que sobreviviremos o moriremos con él.

domingo, 5 de abril de 2015

Se recoge lo que se siembra

Mi nueva acta, publicada en Diario de Almería

 Si alguien solo vio el resultado final entre dos conjuntos igualados a puntos, se preguntaría si algo extraño aconteció. No es normal que ese partido se convirtiera en un fiasco del equipo, para más inri, local y que los visitantes se pasearan sin disputar el encuentro de sus vidas. Sin embargo, todo tiene una explicación; los que seguimos a la UD Almería no debemos extrañarnos del fracaso del que iba a ser la madre de todos los partidos, una de las luchas clave por no descender. Hace justo un año, un 4 de abril, se disputaba en el Mediterráneo otro trascendental envite ante Osasuna. También se perdió, pero en aquella ocasión al menos se reaccionó en la segunda mitad, ante el mismo marcador adverso al descanso. Anoche, ni eso. Como indicaba, es la historia de una muerte anunciada, todos los males acumulados se unieron para ofrecer a los aficionados un deplorable espectáculo, con independencia de la dolorosa derrota. El mayor defecto de nuestro equipo es su falta de mordiente. Esta plantilla no está diseñada para la batalla, no hay suficientes jugadores que garanticen recuperaciones de balón para suplir la escasa calidad de un conjunto de la parte baja. No es solo actitud, también es táctica, porque el concepto defensivo es lo que más se debe trabajar, mientras que el ataque suele estar más sujeto a la inspiración y aptitud de los jugadores. De nada serviría defender como pollos sin cabeza, aunque tranquilos, más bien los rojiblancos parecían medusas flotantes. Si nuestra baza fuera la ofensiva, podríamos agarrarnos a un patrón de juego, a un faro que nos guiara, aunque fuera erróneo. No señor, en ataque se juega al pelotazo y al centro fácil, recurso de los ineptos. Repito, no fue ayer, lo que exhibió el equipo de JIM se vislumbró en jornadas anteriores. Simplemente fuimos a examinarnos (una prueba en casa accesible) y suspendimos con un cero por no estudiar, como si nos hubiésemos levantado a entregar la prueba en blanco a los cinco minutos. ¿A quién culpar del desaguisado? Desde mi punto de vista la plantilla tiene sus lagunas, pero JIM no ha querido dar la vuelta a sus postulados, como si de un calcetín se tratara. Azeez tuvo que jugar en puesto de Thomas, pero el nigeriano disputó el peor partido que le recuerdo. ¿Culpa del mundialista? Más bien diría yo que no se puede tener a un jugador tanto tiempo sin ritmo de partidos, y querer que te solucione la papeleta en 90 minutos. Por supuesto, el centro del campo sigue sin existir al jugar tan abiertos. Los que deambulan por la parcela central tienen menos apoyos para ejercer una presión ordenada. La consecuencia final es que conforme pasan los minutos, esa falta de control y la momentánea derrota, genera tal ansiedad que influye decisivamente en el estilo ofensivo y preciosista por el que este club apuesta. Quedan jornadas, equipos como el Eibar pueden ser cazados, pero si no se le da la vuelta a la tortilla en forma de concepto de juego, la agonía será lenta y dolorosa. Al menos, como nota positiva, si se consuma la tragedia antes de tiempo, nos podrían restar los tres puntos antes del final de liga.