Mi nuevo artículo, publicado en Diario de Almería
El concepto con el que Sergi aterrizó en el banquillo del Almería se
interpretó a las mil maravillas. Equipo unido, bloque compacto a la hora
de defender y de atacar, con continuos apoyos que esconden las
deficiencias y ensalzan las virtudes. Me retrotraje a escenas del gran
Almería equipado de negro que maravilló en el Bernabéu a las órdenes de
Emery. Me atrevería a decir que con otra posición en la tabla y con
todos los integrantes de la delantera disponibles, habríamos optado a
presentar candidatura como jueces de la liga. Faltó ese plus que
proporcionan Thievy y Wellington, porque Hemed no es ni la sombra de
jugador que fascinó en las primeras jornadas. Lo que tengo muy claro es
que este Almería funciona a las mil maravillas con cuatro
centrocampistas. Tan seguro de esa apreciación como que Garitano
rubricó, con su precipitada estampida del pasado domingo, el contrato de
su vida, el que nunca imaginó firmar. Notable alto para un equipo que
progresa adecuadamente con Sergi (se ha tragado el marrón de sentarse en
los banquillos del Camp Nou y Bernabéu) , al que tan solo le echo en
falta un poquito más de vigor a la hora de presionar. De hecho, las
derrotas sufridas con el catalán han dejado un buen sabor de boca; ese
es un dato que no cuenta en la práctica, pero que transmite seguridad.
Pasadas las visitas inexpugnables, tenemos ante sí un cielo más abierto
del que muchos creían y varios retos: ¿seremos capaces de hacerle frente
a dos conjuntos como Celta y Málaga, que se juegan una plaza europea?
Ahí está una de las claves. Otra, que no depende de nosotros, puede
estar en un partido primordial para la liga, el Sevilla-Real Madrid. La
victoria de los merengues serviría, presumiblemente, para distanciar a
los de Emery del Valencia (nos conviene sobremanera), pero sobre todo
podría obligar al Barça a vencer en la última jornada al Deportivo. Los
que amamos al Almería por encima de preferencias entre los grandes,
debemos desear la victoria blanca, que podría allanarnos el camino hacia
la permanencia.
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