lunes, 20 de abril de 2015

La dificultad de nadar a contracorriente

Veníamos del abismo, por lo que la forma de caer en Vallecas se puede considerar una más de las que sufre cualquier modesto de Primera. Hay que recuperar los puntos regalados

Mi nueva acta, publicada en Diario de Almería

Veníamos del abismo, de soportar actitudes incomprensibles, de aguantar tácticas infumables o de padecer con sustituciones inexplicables, por lo que la forma de caer derrotados en Vallecas se puede considerar como una más de las que sufre cualquier conjunto modesto de primera. Tocar fondo con JIM (terrible legado el del alicantino), obliga a Sergi, sine qua non, a tener que ganarle tiempo al tiempo. Complicada tarea para el flamante técnico almeriense, al que no le bastará con hacer las cosas medianamente bien, como en la mañana de ayer. El once inicial, el planteamiento, las sustituciones y hasta el cambio de sistema durante la segunda mitad en busca del empate, vinieron en los momentos adecuados. Un gran jugador como Azeez volvió a disfrutar de minutos partiendo desde el comienzo, pero como le sucede al equipo, no hay tiempo para la adaptación, o blanco o negro, y el ejemplo más cercano lo tenemos el próximo domingo en el Mediterráneo. Pero analizando lo acontecido en Vallecas, podemos vislumbrar más luces que sombras. El referido Azeez, Thomas y Espinosa formaron, junto a Corona, un más que decente centro del campo. Thievy se fajó como el que más y Rubén demostró el porqué de su vuelta a la titularidad. No obstante, todos estos buenos ingredientes no juegan solos; enfrente se encontraba el Rayo de Jémez, un conjunto temible en su estadio, con piel de modesto, aunque con una plantilla integrada por unos jugadores que para sí quisieran los que realmente luchan por la salvación. Por eso quizá el técnico vallecano se encontraba tan molesto con los suyos al término del choque, calificando a sus jugadores de profesionales de tercera. Dispone de un gran plantel Jémez, pero creo que también le sobra chulería y le falta un poco de respeto al medir el trabajo del Almería, que también juega y cuenta en sus filas con jugadores internacionales. Como indicaba, no hay tiempo para perder, aunque dando la cara como ayer y gracias a la ocupación racional del terreno de juego, que nos permite ser un bloque muy junto y numeroso en la parcela central, sin extremos perdidos en la banda y con basculaciones defensivas en bloque, se albergan ciertas esperanzas. Lo malo es que hay que nadar contracorriente en busca de recuperar los puntos regalados cuando jugábamos tan abiertos, sin centro del campo, sin mordiente y con Espinosa, Thomas y Azeez calentando banquillo o grada. El único pero que se le puede achacar a las decisiones de Sergi fue el prescindir de Wellington tan pronto. Los cambios fueron inteligentes y en su momento, si bien del extremo brasileño se puede esperar cualquier cosa en cualquier momento. Una jornada más, la puntuación del equipo que marca la salvación, nosotros mismos, sigue siendo muy inferior a la que se suele dar en la jornada 32 de cada campaña cuando los 40 puntos sirven como referencia de permanencia. Se va confirmando que en esta temporada, con 38 puntos se puede lograr la salvación. Complicado para nosotros, pero para nada imposible.

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