lunes, 24 de abril de 2017

Nunca es tarde si la dicha es buena

Mi nueva Acta, publicada en Diario de Almería

No tenían ante sí una papeleta fácil los de Ramis. La inesperada victoria del UCAM en Girona ha desbaratado más de un plan en la categoría, pero el fútbol es la antítesis de las matemáticas, tanto que sí el próximo viernes se logra  la victoria en Elche, la UDA no solo alcanzará a su rival, sino que lo superará en la clasificación y escalará varios puestos. Incluso, se estará a tiro de piedra de la zona tranquila. ¡Lo que iba de un resultado a otro ante el Sevilla Atlético! Por fortuna, las espadas siguen en todo lo alto, al solventar con oficio un partido tipo ante un filial con escaso rigor táctico, que suele imponer en sus choques. Cualquier esquema hubiese pasado a segundo plano ante el fútbol total de ayer en el Mediterráneo. Tampoco es que fuese muy vistoso el espectáculo, pero al menos habrá servido para que los pupilos de Ramis ganen en confianza, porque en algunas transiciones se vislumbró la calidad de algún jugador rojiblanco, en la actualidad quizá adormecida por todo el desbarajuste táctico de antaño. No en vano, existe un dato demoledor: desde que Fran Fernández se hizo cargo de la plantilla debutando en Lugo, más todos los encuentros con Ramis, la clasificación virtual de ese tramo completo coloca al Almería octavo, a solo un punto y un puesto de la promoción de ascenso. ¿Significativo, no? Ojalá la tardanza del cambio no influya al final. A quien no le influye la presión es a Uche. Su calidad se mantiene intacta con el paso de las temporadas, un jugador que entiende el juego como los grandes; solo su discontinuidad le ha impedido triunfar a más alta escala. Su dupla con Quique está resultando letal, porque el ímprobo trabajo del delantero vallisoletano le viene de perlas al killer nigeriano. En la retaguardia luces y sombras, mientras que Ximo demuestra su brillante adaptación al centro de la zaga, Nano no pasa por su mejor momento, desde que nos deslumbró a su llegada. Aun así, se ha olvidado por completo el boquete que había por aquella maldita banda izquierda. De cara a lo que se avecina, el centro del campo, vital, se consolida con Borja y Joaquín, que forman otra sólida pareja como la del ataque, en espera de que Pozo y Azeez aporten de una vez el juego que llevan dentro. Estas notas positivas, a las que agarrarse para lograr la salvación, de nada sirven si en Elche se sale como en Córdoba, a verlas venir. Mejor iría si se plantea un choque a cara de perro, como en Tarragona. Luego, el que tenga más suerte o acierto vencerá. Se me antoja la próxima jornada como la del punto de inflexión definitivo, aunque un empate no es mal resultado. Es tanta la preocupación por el futuro, que un partido como el de ayer, con más detalles individuales que otra cosa, pasa rápidamente al baúl de los gratos recuerdos. No entendí los silbidos dirigidos a Fran Vélez, que reaparecía. Cada vez que contactó con el esférico se escucharon pitidos. Quien me sigue sabe que soy el primero en defender la libertad de expresión de los espectadotes y abonados, que para eso pagan religiosamente, pero lo de ayer no venía a cuento.

lunes, 17 de abril de 2017

A quien madruga, Dios le ayuda

Mi nueva Acta, publicada en Diario de Almería

Se puede ganar o perder, esto no deja de ser un juego, pero con lo que había en disputa no se puede admitir, bajo ningún concepto, un comienzo a verlas venir, como si la reciente cena de hermandad de la plantilla se hubiese alargado más de lo que se extendió. Precisamente por ahí, por esa inconcebible relajación, se perdió un partido trascendental ante un rival directo. No me cabe la menor duda, como al final se demostró, que al menos un empate se podía haber rescatado de no ceder tanto al comienzo. Inclusive se contemporizó más que ante el Zaragoza, que en el Mediterráneo supo ejecutar con sumo acierto. Ni siquiera se pudo llegar a saber si el novedoso esquema que de inicio propuso Ramis hubiese tenido éxito, aunque se hacía extraña la disposición de Isidoro y Nano. Mejor hubiera ido, como más tarde se vio, una colocación más racional con Isidoro de lateral y Motta, que disputó su peor encuentro desde que se encuentra en forma, un poco más adelantado. Por el flanco del italiano llegó buena parte de la avalancha cordobesa durante el opaco inicio rojiblanco. Otro jugador que se desconectó fue Quique. No fue su intención, el delantero vallisoletano no entiende de relajaciones, pero sus intervenciones, sobre todo en la asistencia de gol que le brindó Pozo, fueron realmente desafortunadas. Se presuponía que todo iba a estar en el filo de la navaja, el concepto global y el individual, pero aun así la incomprensible primera media hora certificó la derrota. Algunos no despertaron en todo el choque, como Puertas, que tuvo que presenciar desde la otra banda cómo su compañero del filial, Gaspar, profundizaba como mandan los cánones; el benaducense, tan solo deambuló sobre el Nuevo Arcángel. En el haber de Ramis, aparte de intentar algo distinto desde el comienzo, recae la decisión de realizar un cambio en el descanso. Y es que en los últimos tiempos los seguidores rojiblancos han estado demasiado acostumbrados a que el técnico de turno mueva ficha cuando la remontada ya es inviable. También en el haber, hay que incluir la decisión de agotar los cambios con suficiente tiempo de reacción. Sin embargo, en su debe hay que insertar la inoportuna sustitución de Joaquín, pieza clave en cualquier esquema rojiblanco que se precie. Nunca debería abandonar el terreno de juego el centrocampista canterano si su estado es óptimo; es un lujo que la actual UDA no se puede permitir. Otra carencia con la que se convive tiempo ha, es la pésima ejecución a balón parado. Que me digan si el madridista Ramos hubiese goleado tanto con la testa, si no hubiera tenido ahí a Kroos o a Modric para ponerla. Los córners y faltas del final, con Uche esperando en el área, son para hacérselos mirar. Dicho todo esto, puedo medio certificar que el próximo domingo, sobre las 20:00 horas, la UDA estará fuera del descenso. El calendario, desde ya, favorece más a los de Ramis que a sus rivales, empezando por la próxima jornada. Les invito a que lo analicen, la salvación puede estar más cerca de lo que parece.

lunes, 10 de abril de 2017

Avanzando entre las piedras

Mi nueva Acta, publicada en Diario de Almería

Una oportunidad perdida o un punto rescatado. En esa disyuntiva me inclino por no haber aprovechado la ocasión de salir de los puestos de descenso, aunque gran parte de los seguidores rojiblancos salieran satisfechos con la resolución del choque. A estas alturas de competición, donde cada partido es una auténtica final, no se puede presionar con la mirada ni un solo segundo. Es humano, la situación hasta hace bien poco era muy delicada y la victoria en Tarragona, más las sensaciones transmitidas, pusieron de nuevo en órbita a los de Ramis. Por ello, y tras los resultados favorables de los rivales directos, es comprensible el hecho de caer en una momentánea relajación, que por desgracia resultó decisiva. Y es que en los tantos encajados se partió de una deficiente marca en la parcela central. Puede que Diamanka no se ajustara con Borja o la referida relajación influyera, pero al menos el choque dejó la sensación de que sin tantas bajas y con un comienzo más eléctrico, se hubiese  podido vencer. Lo remarco porque remontar una losa tan adversa y aguantar tras la expulsión de Fidel, dice mucho del estado en el que se encuentra el conjunto de Ramis. Si ante el Alcorcón todavía no se atisbó mejoría, frente al Nástic el equipo renació como conjunto armado y anoche, sin haber completado un encuentro excelente, se demostró que la recuperación va por buen camino. Y todo eso pese a que Diamanka no juega por una sencilla razón: su nivel se encuentra varios peldaños por debajo del de sus compañeros. Aun así, se fajó e hizo lo que pudo. La sociedad entre Nano y Fidel siguió dando sus frutos, no solo porque Fetlscher sea un discreto lateral, sino porque conforme pasan las jornadas la pareja repite las mismas acciones en profundidad que vuelven loco al rival de turno. Lástima la roja de Fidel, quizá algo rigurosa, pero poco discutible según qué colegiado arbitre. Puede que con diez  se pecara en diversas fases de conservadurismo, hay partidos en los que no se nota la inferioridad de uno de los contendientes, pero es entendible que cada punto es oro en la situación actual. Con la pájara inicial y posterior expulsión, nos privamos de ver más en acción a Uche, un jugador que con el balón controlado dentro del área o en sus inmediaciones, interpreta el fútbol como cualquier estrella de las que mañana o pasado veremos en Champions.  Y una vez más Casto rozó la matrícula de honor con dos paradas excepcionales, porque en los dos tantos maños nada pudo hacer. El de ayer fue un choque de transición dadas sus circunstancias, un partido para extraer conclusiones de cara a lo que se avecina, un encuentro para creer en un equipo al que se le ve vivo, pese a las piedras en el camino. Siempre lo repito, ni una victoria, ni un empate, ni una derrota, van a variar mi análisis, porque la impronta que se deja nada tiene que ver con un hecho puntual. No hablamos de eliminatorias, quedan suficientes jornadas para refrendar lo positivo que en los últimos dos partidos, y por qué no decirlo, en alguno de la era de Fran Fernández, se ha dejado entrever. Ojalá así sea.