lunes, 26 de enero de 2015

Solicito refuerzos y un 1-4-4-2

Mi nueva acta, publicada en Diario de Almería

Quien juega con fuego se suele quemar. Cualquier aficionado despistado sabía que a las lesiones y sanciones de turno se le iban a unir las ausencias de la Copa de África. Y eso que Azeez y Thomas no han llegado a participar en Guinea. No es que tengamos un equipo que dependa de una o dos figuras, pero sí que nuestra plantilla no es lo suficientemente extensa como para permitirse el lujo de afrontar el ecuador de la competición con tanta escasez. De hecho el reciente concurso de Thievy, tanto en Vigo como en Málaga, resultó ser providencial, no solo por su aportación individual, sino por lo que Hemed creció (contribución goleadora aparte) junto al delantero congoleño. Todo esto sumado a la nula contundencia defensiva en todas las áreas del terreno de juego, ha hecho que el efecto llegada de JIM se desmorone como un castillo de naipes. ¿Qué ha podido suceder para que el equipo no progrese adecuadamente tras la victoria en Málaga? Para empezar, la referida falta de contundencia defensiva nos vuelve a lastrar como en la última época de Francisco. Y no hablo de la zaga precisamente; apunto a un centro del campo de plastilina, por donde los adversarios maquinan y penetran como un cuchillo en la mantequilla. Si con la llegada de JIM se comenzó a jugar a algo, aunque solo importara el resultado, en los tres últimos choques se ha perdido personalidad y, como anoche, el equipo juega de nuevo a verlas venir. Corona ha perdido fuelle y los extremos vuelven a ser meros espectadores demasiado pegados a las bandas. O sea, se vuelve a caer en viejos errores y a brindar al contrario un páramo en el centro del campo a su entera disposición. Vuelvo a incidir una vez más, y la primera fue en octubre. ¿Por qué no se utiliza para ciertos partidos, sobre todo fuera de casa, un 1-4-4-2? ¿Por qué no jugamos con interiores en vez de tanto extremo ocupado de hacer una doble función? ¿No sería mejor disponer de un Jonathan como acompañante de Hemed o Thievy, en vez de obligar al extremo a que ataque y defienda a la vez? Alguien me puede rebatir diciendo que se han ganado partidos y se ha llegado a jugar con personalidad. Cierto es, pero en esos envites los rivales a los que vencimos también dispusieron de numerosas oportunidades para habernos dejado sin alguno de los puntos que cosechamos. A este equipo no le vale tener a destructores como Soriano o Azeez sentados en el banquillo, frente a rivales a los que hay que desactivar, porque simplemente te superan en calidad. Si a todo esto unimos el horripilante encuentro de un baluarte como Fran Vélez, no es que se desmorone el castillo de naipes, sino que nos puede barrer un tsunami que nos arroje con virulencia, más pronto que tarde, a la segunda división. Si algo positivo se puede extraer del desastroso partido, es que quedan unos días para que finalice el plazo de fichajes del mercado de invierno. Si la derrota produjera un efecto llamada en el presidente en forma de algún refuerzo, sobre todo para fortalecer el centro del campo con jugadores que aporten fuerza y músculo, alabado sea el señor. 

domingo, 18 de enero de 2015

La controversia de la semana

Mi nueva acta, publicada en Diario de Almería

Ya tenemos debate. Por estos lares somos muy favorables a ser ofensivos, a mostrar un buen juego y, como primera opción, a pasar un buen rato mientras presenciamos un espectáculo futbolístico, pese a que uno de los contendientes sea el Almería. No es que todos los seguidores rojiblancos muestren esa inclinación, pero son numerosas las opiniones que he podido constatar en general, como anoche tras la derrota en Valencia. De hecho, nuestro presidente es el primer aficionado almeriense que suspira por el buen fútbol. Toda esta introducción viene a colación por la decisión de JIM, al prescindir de Wellington en la segunda mitad para dar entrada a Dos Santos. Hay quien ya comienza a cargar contra nuestro entrenador por ser tan defensivo y por tomar un dictamen tan temeroso. Yo no le voy a recriminar eso, todo lo contrario. Creo que acertó con el cambio porque el aluvión de centros, sobre todo por la banda de Dubarbier (como no podía ser de otra manera), era tan escandaloso como continuo. A priori Dos Santos va bien de cabeza y podía ser una buena alternativa para contrarrestar los repetidos misiles en forma de centros que soportaban nuestros zagueros. Por desgracia, el central argentino recién ingresado no anduvo fino en el tanto de la victoria de Negredo, pero eso no entraba en los planes de un jugador experto en el juego aéreo. Si analizamos el choque en general se puede extraer una conclusión clara: el mayor pecado que cometió el Almería, y por ende su técnico, fue el de no desactivar la zona de creación valencianista. Ahí estuvo nuestro error, incluso durante la primera mitad. Los adversarios llegaban al borde del área con una facilidad supina. Y es que no podemos estar a la espera de que Hemed tenga su tarde gloriosa para traernos algo positivo de un estadio tan complicado como Mestalla. Desde mi punto de vista, dejar jugar al Valencia con tanta comodidad nos condenó. Fue a pocos minutos del final, pero no nos engañemos, podría haber sido mucho antes. Con dos tantos vencimos el año pasado al mismo rival en su estadio, y con otros dos caímos ayer. Por eso tiene razón JIM, la solidez defensiva es clave, pero ésta se fragua mínimo desde el centro del campo. Lo que sí resulta cuando menos sorprendente, es que nos vayamos a jugar la permanencia con varios jugadores importantes ausentes. Sigue sin venir un refuerzo que a todas luces debía ser un delantero, porque se conocía tiempo ha nuestra problemática con la Copa de África. Recurrir a un chaval como Dani Romera, con un futuro esplendoroso, para salvar la permanencia a cara de perro, no debe ser nuestra apuesta. Dije antes permanencia porque nos vamos a enfrentar en las próximas jornadas a varios rivales directos. Ojala que lo hagamos mejor que en la primera vuelta, a pesar de que en esas primeras jornadas parecía cómoda nuestra clasificación. No quiero pensar que nos jugáramos la salvación en los dos últimos choques frente al Sevilla y al Valencia.

jueves, 15 de enero de 2015

A otra cosa, mariposa

Mi nuevo artículo, publicado en Diario de Almería

Qué pena tener que escuchar hoy los típicos comentarios sobre la eliminación: da igual, nos viene bien, vamos a centrarnos en la liga o así evitamos lesiones. Son las afirmaciones vertidas entre aficionados, porque públicamente quedan fatal, pero deseo trascribirlas aquí tal cual, porque es ése el sentir de numerosos seguidores ante un torneo devaluado con la única ventaja de otorgar a ciertos suplentes la posibilidad de reivindicarse ante su entrenador. Con un único partido de ida, se podría rescatar un torneo que siempre significó algo especial. Al menos así lo viví yo en los 80 y parte de los 90. Como no podía ser de otra manera el choque resultó ser un tostón. Tras el descanso (la música del grupo Metallica en el Coliseum seguro que despertó del letargo a más de uno) el encuentro ganó en interés, más que nada por el desenlace final. Tan solo nos queda analizar lo poco que podemos sacar en claro de la mezcla de titulares, suplentes y jugadores del filial. Me llama la atención Wellington, que peligrosamente se estanca en tierra de nadie. Regates imposibles, llegadas con peligro a la meta contraria, pero nulo resultado a la hora de habilitar con astucia a sus compañeros. Al brasileño le falta el toque mágico y práctico de Thievy o de Kalu Uche. Quizá si lo tuviera, no estaría en el Almería, pero eso no nos incumbe y sí lo que aporta a nuestro conjunto. Otro jugador que no arranca es Teerasil. O la liga de su país es sumamente mala o no se termina de adaptar a España. Puede que algo de cada cosa. Para desgracia de JIM, Soriano no ha arrancado bien el año. No es el de principio de temporada y es ahora cuando necesitaríamos su concurso ante la falta de efectivos. Tampoco quisiera dar una imagen negativa, porque el Getafe no fue superior, pero vienen choques complicados fuera de casa y algún rival de nuestra liga que parecía hundido ya nos supera. Esperemos que pueda aterrizar algún refuerzo más y que JIM dote a nuestro equipo de la fortaleza defensiva que se requiere para lograr la salvación.

lunes, 12 de enero de 2015

El día y la noche

Mi nuevo artículo, publicado en Diario de Almería

Es difícil de explicar tanta diferencia entre la primera y la segunda mitad. De un equipo ordenado y estructurado, se pasó tras el descanso a otro roto y desquiciado. Frente a un conjunto superior técnicamente como el Sevilla, es sumamente complicado controlar el tempo del partido, aunque tampoco se esperaba que los nuevos pupilos de Juan Ignacio Martínez se viniesen abajo súbitamente. La gran diferencia entre las dos mitades fue la efectividad que cada equipo supo sacarle a su momento. Mientras a los rojiblancos les faltó profundidad y efectividad durante sus mejores minutos, a los sevillistas les sobró. ¿Qué pudo causar nuestra deficiencia? Sin entrar en la lógica diferencia presupuestaria, la ausencia de Thievy en la mañana de ayer resultó ser nefasta de cara a nuestros intereses. Con el flamante técnico almeriense el delantero congoleño no sólo ha crecido, sino que ha hecho de Hemed un jugador más poderoso. Ambos han creado una simbiosis perfecta que, por ende, ha redundado en beneficio del equipo. El control de la situación durante la primera parte se tradujo en apenas dos ocasiones a favor de la UD. Wellington y Édgar siempre encontraban a Hemed rodeado de contrarios. A su vez, ambos extremos no tienen la vocación rematadora de Thievy, o mejor dicho, no están tan acostumbrados a jugar de matadores dentro del área, como suele hacer el congoleño. De ahí que Hemed se convirtiera en un islote durante todo el encuentro. Lo de la segunda mitad fue un querer y no poder; tras el tanto de Iborra, el orden y concierto se disolvió como un azucarillo. Ninguna sustitución cambió el rumbo. Édgar se contagió del desaguisado y volvió a las andadas. Tan solo Fran Vélez, grandioso jugador, mantuvo el tipo. Ni siquiera Soriano restituyó el orden. Todavía me sigo acordando de aquellos choques ante rivales inferiores que no supimos rematar, porque con el Valencia el próximo domingo lo volveremos a tener crudo. En breves fechas tendremos la oportunidad de resarcirnos con los rivales directos. Frente a ellos, nos jugaremos la permanencia.

lunes, 5 de enero de 2015

Orden y concierto

Mi nuevo artículo, publicado en Diario de Almería

Una sutil modificación puede convertir lo vulgar en elegante. Una leve corrección permite coordinar la estructura de un grupo desorganizado en otra armónica. Grosso modo, fue lo que pudimos observar en el nuevo Almería de Juan Ignacio Martínez. El equipo ha pasado en escasas semanas del desquiciamiento de Eibar al orden cuasi jerárquico de Málaga. Se lograron ocupar racionalmente todas las zonas del terreno de juego. Que se lo digan a los de Javi Gracia, que no se encontraron cómodos durante gran parte del choque. Unos dicen que el Málaga tuvo un mal día, que si las bajas mermaron su potencial o que la diosa fortuna se volvió a aliar con los nuestros. Pienso que todos los factores influyen en un partido de fútbol, al fin y al cabo es un juego, sin embargo lo que sí se vio con total nitidez fue el planteamiento equilibrado que el flamante técnico almeriense inculcó a los suyos. En Balaídos se vislumbró algo, pero en La Rosaleda se constató que el equipo de Juan Ignacio Martínez puede convertirse en un duro hueso de roer. En todas las zonas del campo la UD pugnaba por la superioridad y la lograba en la mayoría de envites. Partiendo de esa base, la balanza ya se inclina a favor del conjunto que logra más victorias en esas mini batallas que se libran a lo largo del partido. Así, un jugador como Corona, que necesita apoyos para desplegar su fútbol, campa a sus anchas por mucho que le pesen los años. Si además se le coloca donde desarrolla todo su potencial, más adelantado, como en sus mejores tiempos, seremos capaces de regresar al pasado para deleitarnos de nuevo con el talaverano. Otro detalle a tener en cuenta fue la espartana función de los laterales, menos ofensivos que antaño. Sus pasadas incursiones en campo contrario eran un lujo innecesario para un equipo que persigue un objetivo exclusivo, la permanencia. A destacar también el despertar de Julián, tan dormido en los encuentros de pretemporada y Copa. Por no hablar de los centrales, no olvidemos, provenientes del filial. Lo de Fran Vélez, en concreto, fue de escándalo a la hora de anticiparse. Menudo defensor. Incluso Édgar, criticado desde estas líneas en otros escritos, puso en jaque a la zaga malacitana. Repito una vez más, el día que el extremo canario equilibre su fuerza con su mente futbolística, se convertirá en un jugador determinante de primera. Para el final quise dejar a Thievy y Hemed, tan criticados últimamente. El congoleño comenzó fallón, pero terminó excelso y dando la victoria a su equipo con un taconazo mágico, cuando la mayoría de futbolistas se hubiesen dado la vuelta para centrar, con la consiguiente pérdida de decisivas décimas de segundos. Por su parte el israelí nos deleitó con un sombrero de alta escuela, además de ser oportuno de cara al gol y solidario con sus compañeros. Chapó para ambos. La consecuencia final de todo esto es que se le jugó a todo un Málaga enrachado de tú a tú en su propio estadio, con orden y concierto. Más no se le puede pedir al nuevo gerifalte del banquillo rojiblanco.