lunes, 28 de septiembre de 2015

Con la filosofía errónea

Mi nueva Acta, publicada en Diario de Almería

Nos las prometíamos felices tras el golazo de Pozo al actual líder, Osasuna. Parecía que tan solo habría que ir encajando las piezas de calidad que atesoraba el equipo de Sergi. Se presuponía un plantel amplio, con la tarea de conjuntar las individualidades con un objetivo primordial: hacer de este Almería un oponente cuasi inexpugnable. El partido de Copa, justo tras el referido triunfo en el Mediterráneo, evidenció un hecho preocupante, el de encajar tantos goles. Los números en la competición liguera hasta esta jornada no engañan. Los de Sergi son el equipo más goleado con 12 tantos en contra. Con esos irrefutables guarismos no solo no se suele atisbar el sexto lugar aunque sea de lejos, sino que normalmente se ocupa uno de los últimos puestos en la tabla. Y es que Sergi se confunde en la filosofía con la que operar en esta complicada categoría de plata. Pretende crear y dominar a base de fútbol ofensivo, mientras que los adversarios, incluido el líder Osasuna, responden con una propuesta tan simple como efectiva, la de permanecer ordenados y arropados en busca de un estructurado contragolpe. Ahí se la están dando con queso a Sergi y, por ende al equipo de Alfonso García, que en estos momentos cualquiera sabe lo que está pasando por su mente. Aparte, la que debería ser la respuesta con la misma moneda, la presión rojiblanca, es siempre inocua, con lo que el supuesto dominio territorial de la UDA, y hasta la posesión, se torna en algo tan inocente como un tema de Enrique y Ana. Si saltas al campo con Fatau y Reyes (para mí es un acierto) es para destruir, no para crear con Soriano a mil leguas de ambos combatientes. Si a todo esto le unimos decisiones de nuestro técnico, cuando menos sorprendentes, no puede extrañarnos que nos encontremos con una situación difícil, sobre todo por las expectativas que se habían puesto sobre una plantilla llamada a estar como mínimo entre los diez primeros. Lo peor es que se entre en un bucle sin salida y tengamos que conformarnos con la permanencia a duras penas. Estamos en los albores de la campaña, ojalá que Sergi cambie su filosofía sobre la marcha, porque a sabiendas (eso espero) está apostando a caballo perdedor. Me refería a las decisiones extrañas de nuestro entrenador, como la de prescindir en la convocatoria de Marín. ¿Cabe en cabeza humana de técnico de fútbol ir a disputar un choque de visitante con solo cuatro defensas en la convocatoria, teniendo disponible a una garantía como el zaguero almeriense? ¿Y la participación de Soriano de inicio, cuando apenas ha contado? Por no hablar de Montoro, un jugador de los que no mancha por donde pisa. También llamó la atención la escasa participación del fichaje más caro de segunda, Chuli, si bien tampoco le asistieron con acierto. En el pírrico balance positivo se encuentra Michel. Qué pena, porque tenemos un portento de lateral para la segunda división, amén de otros integrantes de la plantilla, pero reitero, se pretende jugar a algo que está vetado en esta categoría.

lunes, 21 de septiembre de 2015

Concurso de despropósitos

Mi nueva acta, publicada en Diario de Almería

Sr. Sergi Barjuan, usted tiene que responder a las preguntas que se le formulen desde su punto de vista, no debería enjuiciar la opinión de un compañero, coincidente por cierto con la de muchos aficionados

Las opiniones son subjetivas, pero no se puede ir contra natura. El último desatino de la aciaga tarde fue de órdago. Sr. Sergi Barjuan, usted tiene que responder a las preguntas que se le formulen en rueda de prensa desde su punto de vista, pero nunca debería enjuiciar la opinión esgrimida por un compañero al término del choque, por cierto coincidente con el parecer de una abrumadora mayoría de aficionados. Vayamos con los despropósitos meramente deportivos, que por desgracia fueron cuantiosos. El boquete en la zona de creación es, a día de hoy, más bien un pozo sin fondo. La lucha de Chuli, la voluntad de Quique o el derroche de Michel, no son suficientes argumentos para vencer a un rival, por muy patético que resulte, porque el Alavés no hizo sino corroborar el paupérrimo nivel de Segunda, por ser muy generoso. Con Lolo Reyes en plena pretemporada, Montoro dejando bien a las claras que su concurso en un equipo aspirante suena a chiste del día de los inocentes y con Eldin, más soso que un yogourt de agua, no le podemos hacer frente a un adversario medio ordenado, por poca calidad que atesore. Pero hay más. Dubarbier merece una temporada en la nevera. Con todas las dificultadas expuestas y el marcador en contra, el zaguero se permitió el lujo de perpetrar una escalofriante entrada con amarilla, que por sí sola podría haber significado la expulsión. El lateral argentino no está centrado. Dejar a su equipo con uno menos, por una rabieta tras un error suyo, lo atestigua. La ausencia del lesionado Fatau es nefasta para los rojiblancos. Sin ser el Felipe Melo de antaño, es capaz de distribuir y presionar, cubriendo por sí solo una importante parcela del centro. La presencia de Pozo pudo mitigar durante la segunda mitad la falta del ghanés. Al malagueño se le adivina algo diferente, por encima de la media de segunda; esa chispa, ese toque que puede decidir un encuentro. ¿Por qué no juega de inicio? Otro aspecto fundamental es el de la presión e intensidad. Si los contrarios se plantan en el campo con una estructura metódica, exenta de clase pero no de sacrificio, la única arma que le quedaría a un equipo tosco en creación, como el que ayer propuso Sergi, es la de una trabajada presión. En Segunda todo conjunto debe llevar intrínseco ese marchamo. Si no, hasta se podrían tener problemas a la hora de salvar la categoría. Me llama la atención el hecho de no aprovechar la ventaja de una plantilla tan amplia y simétrica. La intensidad que se debería exhibir, tan frecuente en el fútbol inglés, no desgastaría en exceso si se sabe rotar convenientemente a todos los integrantes del plantel. No se argüiría un posible cansancio de ciertos jugadores básicos. Una duda que me queda por solventar es la de Casto. Conforme pasan las jornadas me va transmitiendo más inseguridad, no solo en el juego aéreo, sino en otras situaciones más cotidianas. En Lugo pintó mal, ayer peor, pero lo más alarmante es cuando un técnico no reconoce una cadena completa de despropósitos. Eso sí me preocupa, y mucho.

lunes, 14 de septiembre de 2015

La lógica de lo ilógico

Mi nueva Acta, publicada en Diario de Almería

Competir en Lugo con Lolo Reyes en adaptación, junto a un débil Corona para jugar en el Anxo Carro, es como jugar a la primitiva sin comprar boletos. La suplencia de Fatau y Pozo, inexplicable

Cualquier disciplina deportiva de grupo es subjetiva, pero el fútbol lo es aún más. Uno no sabe si conforme pasan las temporadas la crítica que solemos plasmar en torno a un choque va adquiriendo un poso de sabiduría, o si por el contrario uno ya no entiende nada de lo que pretende examinar. Lo que aconteció en Lugo tiene en teoría una sencilla explicación, pero se supone que el técnico es el que mejor conoce la realidad. Desde mi perspectiva voy a intentar desgranar un encuentro que, desde los pies a la cabeza, me resulta complicado de analizar. Lo digo, por el planteamiento inicial del choque en un entorno que se presuponía hostil para el desarrollo del buen fútbol. Partiendo de la base del encuentro de Copa ante el Elche y los esfuerzos tras la inesperada prórroga, resultó cuando menos sorprendente la apuesta inicial por Lolo Reyes. Un jugador que todavía está lejos de su mejor forma y que se vació el pasado miércoles. El resultado final fue el esperado, máxime si el compañero que anduvo a su lado en la parcela central, Corona, disputa un partido mediocre, por ser muy cortés. Ir a Lugo a competir en el corazón de la batalla, con el chileno en proceso de adaptación física y técnica junto a un débil Corona para esa tesitura, es como jugar a la primitiva sin comprar boleto alguno. De hecho, el tanto de la derrota vino por un córner mal defendido por el centrocampista talaverano. Mientras, Fatau vio el desenlace desde el banquillo. Un jugador clave para este Almería, que no disputó todos los minutos de Copa y que en un estadio como el Anxo Carro su participación venía como anillo al dedo, no debió permanecer como espectador de lujo. En mi anterior misiva tras la Copa, ya apunté que la conveniencia de un dúo Fatau/Reyes para batallar en estadios complicados, sería la decisión más acertada. Lo de Pozo tampoco se entiende. El concurso del malagueño hubiese resultado fundamental por delante del referido dúo de batalladores. Pozo es de los que, con un solo pase, una genialidad o un disparo, es capaz de desatascar el encuentro más espeso que se pueda imaginar. En el flanco izquierdo de nuestra zaga debutó Adri, un correcto lateral. Se ve que Dubarbier comienza a pagar, con razón, los platos rotos de la fragilidad defensiva. Ahora bien, a quien se le diga que en una plantilla de 25 integrantes hay que echar mano de un jugador del filial para cubrir la ausencia del lateral izquierdo titular, puede pensar que en ese plantel aquella posición está maldita. En definitiva, todo este cóctel dio lugar a visualizar en el Anxo Carro un Almería inofensivo, tosco e inocuo, que no fue capaz de crear ni una sola ocasión de peligro, ni de imponerse a un Lugo aseadito, con las ideas claras pero con una calidad a años luz de nuestro conjunto. Las jornadas pasan y se va descubriendo el pastel de la segunda, con equipos que a duras penas pelean por hacer un digno papel. Se puede afirmar que el hipotético ascenso se vislumbra como un reto posible, siempre y cuando no acabemos en los últimos minutos arrinconados ante un equipo del montón, pese a ir perdiendo. Mal síntoma en Lugo. 

jueves, 10 de septiembre de 2015

Sin contundencia no hay primera

Mi nuevo artículo, publicado en Diario de Almería 

La que debía haber sido un noche de relax, con el objetivo prioritario de analizar a los teóricos suplentes, se convirtió en una pesadilla que amenaza con perseguir a un equipo que encaja goles a un ritmo que, cuando menos, empeiza a preocupar. Es más, hasta bien entrada la segunda mitad nadie podía atisbar que la superioridad mostrada se iba a tornar en un repliegue total, como si enfrente estuviese el campeón de Europa. No me vale el hecho de jugar con uno menos. Salvo alguna excepción, los que jugaron de inicio no tuvieron desgaste alguno en el partido ante Osasuna. Habrá que solucionar el coladero, no el de anoche, sino el que concede nuestro conjunto desde el primer choque. Gracias al ataque podemos cantar, de momento, victoria. Toda esta monserga no entraba en mis planes, pero no ha habido más remedio que hacer mención. Mi idea preconcebida era la de examinar a varios jugadores que, a buen seguro, serán clave para alcanzar el objetivo final, y a eso me dispongo. Comenzando por Julián, mal lo tiene el espigado guardameta para convencer a Sergi. Me temo que su papel será similar al de la pasada campaña. Realizó al final dos buenas intervenciones, pero el granadino tuvo gran parte de culpa en el resurgir de un más que correcto Elche. Zabaco tampoco anduvo fino, aunque no debe desanimarse, Trujillo tampoco tuvo un feliz debut. Adri me pareció, una vez más, un lateral de garantía. A Lolo Reyes es complicado juzgarlo. Está fuera de forma, aunque tuvo pequeños detalles interesantes. De visitantes, apuesto por un dúo Fatau/Reyes. Soriano a lo suyo, y finalmente Cristian Herrera destapó el tarro de las esencias. El canario apunta alto y se podría convertir en una valiosa alternativa en ataque, si bien las estadísticas de sus dos últimas temporadas son discretas. Ojalá siga la estela de los delanteros revalorizados de rojiblanco. Ojo, sin contundencia no hay primera.

lunes, 7 de septiembre de 2015

Dos y dos son cuatro

Mi nuevo artículo, publicado en Diario de Almería

Las matemáticas y el fútbol siempre han sido conceptos antagónicos. Las teorías más lógicas chocan de frente ante un juego que continuamente depara variables. Sin embargo, sí hay ocasiones en las que dos y dos son cuatro. En la segunda mitad, visto el transcurso del encuentro, no cabía otra opción que echar mano del fondo de armario. La entrada de Iván Sánchez desmoronó, de un solo soplido, el complejo castillo de naipes que Osasuna había urdido. Con un regate y un explosivo arranque vertical, nuestro nuevo Crusat (es todavía más completo que el extremo catalán), desarboló la férrea estructura rojilla. A partir de ahí, fue otro partido. ¿Por qué apuró tanto Sergi? ¿No debió reaccionar antes? Puede, aunque más vale tarde que nunca. Quique anduvo perdido y Iago nunca profundizó por banda. Eso se vio desde el comienzo. Si además descubrimos que Fatau no es mágico como para aparecer en todas las zonas del centro, solventar las deficiencias de Dubarbier y dar las asistencias que Montoro nunca inventa, nos encontramos con un conjunto desprovisto de sus armas más poderosas hasta la entrada de Iván. El remate final de Pozo fue eso mismo, el remate de un partido que ya entró en una fase proclive para el fracaso del siempre incómodo Osasuna. Ni que decir que observando el lanzamiento de Pozo, se atisba la calidad que se le presuponía. Acertó Sergi en los recambios del banquillo más poderoso de segunda, por su calidad y amplitud. Se quejaba Benito de la cantidad de jugadores, pero debería saber que la Segunda A es muy larga y necesitamos efectivos en forma cada jornada. Bien lo sabe Sergi, de su experiencia con el Recreativo. El ambiente fue de primera, por eso no entendí la decisión de la directiva de no ampliar el plazo para abonarse. Los últimos fichajes y la propia victoria de anoche, pueden servir de acicate. Con respecto a Soriano y su ausencia de la convocatoria, no se le debe dar mayor importancia. Quien lo haga, no parece abogar por alcanzar un frente común.