Lucas Alcaraz ya entrena en el anexo con una mezcla de jugadores a analizar: los esperanzados chicos que suben del filial, los jovenes que pese al descenso mantienen intacta su ilusión y los baqueteados en cientos de batallas que están locos por la "música", o sea, por marcharse a otro lugar donde no tengan que "meter" la pierna o que les garantice seguir en primera y cobrar por ello. Éstos últimos, sinceramente, molestan para unos jugadores y una afición ilusionada con volver a repetir la gesta del ascenso a primera divisón. En este artículo publicado en Diario de Almería, amplío ese razonamiento. A propósito, quiero reconocer que en esta ocasión Alberto Benito sí fue un digno anfitrión del nuevo, e ilusionado, centrocampista Verza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario