domingo, 4 de diciembre de 2011

Alcaraz truncó las posibilidades de victoria

No nos engañemos. Los jugadores lo pusieron todo de su parte, los aficionados se divirtieron más que nunca (yo prefiero no pasarlo tan bien y lograr tres puntos) y se marcharon con un halo de esperanza futura. No obstante, la inactividad de nuestro entrenador cuando todos, o casi todos, vimos en la segunda parte una herida abierta en pleno corazón rojiblanco, concretamente en el centro del campo, da que pensar. En mi artículo publicado en Diario de Almería, amplío esta exposición.

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