lunes, 3 de febrero de 2014

A verlas venir

 Mi nuevo artículo, publicado en Diario de Almería
 
Justa victoria de un equipo marrullero. Alguien puede argumentar que nuestro conjunto hizo lo mismo frente al Getafe en los últimos minutos, pero no fue así. Se puede perder tiempo con arte, con astucia, pero no con puro y ridículo teatro. Dicho esto, grabado está mi comentario durante la retransmisión para la Cadena Cope, sobre el minuto 15 de la primera mitad. Indiqué que con la mentalidad que se estaba afrontando el choque, mal nos irían las cosas. Por desgracia se cumplió mi vaticinio. No se puede encarar un encuentro tan importante ante un rival directo como lo hizo Francisco. Un partido que marcaba un antes y un después, pese a todas las jornadas que restan. Con la victoria se vislumbraba el horizonte de la permanencia, con el empate se continuaba en la lucha con firmeza y con la derrota entraríamos de lleno otra vez en una peligrosa espiral. Los rojiblancos, con el engañoso colchón obtenido ante el Getafe, salieron a verlas venir, a contener con la esperanza de sacar oro de una contra aislada. No, así no. Ni estábamos en mitad de la tabla cómodamente situados, ni el rival era el adecuado para contemporizar de esa manera. Todos los rechazos, todos los balones divididos eran para los ilicitanos. De milagro nos fuimos al descanso con empate, gracias a la fortuna y al paupérrimo nivel existente en la actual primera división. Lo peor es que Francisco vio otro partido bien diferente, a tenor de sus declaraciones. La falta de contundencia, a pesar de una mejor actitud en la segunda mitad, nos sentenció. Antes del gol, ya pudo rematar a placer un adversario desde la misma posición. Quizá era un partido para morder, como si de una final se tratara, para que Hans en vez de Tébar hubiese sido de la partida inicial en la parcela central. Aun así se pudo empatar si no es por el error de Soriano, al no rematar un balón de los que siempre hay chutar por si el colegiado o un contrario te habilita, como sucedió. Actitud, nervio, garra, anticipación y ambición es lo que se debe ofrecer para suplir nuestras carencias. Si no, mal camino llevamos. 

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