Mi nuevo artículo, publicado en Diario de Almería
No me basta con escuchar aquello de, este partido estaba borrado de
nuestro calendario. También se dijo cuando los dos gigantes (ya hay otro
más grande) visitaron el Mediterráneo, pero Osasuna y Valladolid
probaron suerte y, mira por donde, rascaron puntos. La actitud con la
que se encaró el choque del Bernabéu fue la más pobre y mísera de
cuantas le he visto a la UD tiempo ha. Todo comenzó torcido al no forzar
la quinta amarilla los que estaban apercibidos. Si se tenía la idea de
reservarlos, podrían haber entrado limpios al decisivo 'rush' final,
provocando la tarjeta ante Osasuna. Tirón de orejas a quien corresponda.
Pero ciñéndonos a lo del Bernabéu, alzo mi voz ante una actitud pasiva y
una imagen triste de unos jugadores que defendían con la mirada, con
complejo de inferioridad, que flotaban ante los rivales como si fueran
espectadores de lujo, que no encimaban, que no provocaban al contrario,
que no iban al choque, que imitaban al actual Messi, que tan solo
cometieron siete faltas en todo el partido, que no recibieron ni una
tarjeta amarilla y que sólo salvaron la cara con algún acercamiento
digno. Unos auténticos señoritos ante un Real Madrid en horas bajas, con
innumerables ausencias y que por fortuna tenía enfrente a un equipo con
petos azules en un entreno de final de temporada. Hubiera sido
preferible perder por ocho tantos de diferencia, exhibiendo algo de
ambición e intención sobre el terreno de juego, porque nuestras bajas
voluntarias no pueden justificar tal alfombra roja. Ni siquiera se tuvo
más en cuenta, ante un Madrid más preocupado por sus próximos envites,
la diferencia en el marcador final de cara al 'gol average' empatado con
algún contrario, a tenor de la pasividad con la que se afrontó el
simulacro de partido. Aun así, y como indiqué tras la derrota ante
Osasuna, sigo creyendo en la salvación porque tenemos capacidad de
mejora, tanto en el aspecto técnico como en el combativo. Ojalá que los
señoritos se conviertan en gladiadores de aquí al final.
No hay comentarios:
Publicar un comentario