Mi nuevo artículo, publicado en Diario de Almería
La maquinaria de la nueva temporada ya ruge. La campaña de abonados va a
ser una buena piedra de toque tras el sufrimiento padecido, como quien
dice, hace nada. No está nada mal la cifra alcanzada hasta el momento,
pero inevitablemente será levemente inferior a la de la pasada
temporada. Cualquier otro guarismo superior contradiría la lógica
aplastante, después de un año cargado de sinsabores. Más que el apoyo
numérico, lo determinante es la masa social que, año tras año, se
consolida a la sombra de la marca UDA. Dos mil abonados más o menos no
significan nada si a la siguiente temporada todo se viene abajo. Como se
ve, el arraigo al club presidido por aquel murciano, medio almeriense,
que vino hace más de 15 años, está dando sus frutos. Esa es la mejor
noticia que se puede dar por encima de cualquier fichaje o ave de paso.
En cuanto a la elaboración de la plantilla, insisto una vez más, se
trata de la actual Segunda A. El acierto que se tenga a la hora de
confeccionar el centro del campo será clave. Dichos centrocampistas
pueden convertir a unos buenos defensas en corderitos despistados o
viceversa. De igual manera, los mismos centrocampistas son capaces de
transformar a un delantero mediocre en el Messi de Segunda. Es el tronco
del equipo, de donde fluye toda la savia. De hecho, en los momentos más
complicados de la pasada campaña hubo que reforzar la parcela central
con los laterales, para poder salir del atolladero en donde un alegre
Sergi nos metió. Acaba de llegar Diamanka, Azeez va a partir de inicio,
José Ángel esta ahí, Corona en la sombra y Pozo debería poner la magia.
Aun así debe llegar alguien más con poderío con el fin de contrarrestar a
los perros de presa que poblarán la categoría de plata. El fichaje de
Fidel está muy bien, siempre y cuando el centro del campo habilite a la
delantera. La adaptación al medio para que no ocurra lo de la pasada
campaña es clave, si no la Segunda no perdona. Avisados están.