Mi nueva Acta, publicada en Diario de Almería
Frente al Tenerife la foto del centro del campo se
asemejó a la de llegada del hombre a la Luna, con Azeez de astronauta. Ante
el UCAM la alineación se pareció a un extravagante ensayo de
la NASA. No cabían más experimentos, ayer al menos hubo cierto equilibrio.
Mientras comienzo a redactar estas líneas, me pregunto si he vuelto al
pasado o es solo un sueño, porque los argumentos a esgrimir sobre este
partido de la recuperación ante el Lugo, no difieren en demasía de los
empleados durante la anterior campaña cuando los de Sergi, Carrillo o
Gorosito, intentaban volver a competir. Otra cosa es si en el camino se
lograba algo positivo, pero al menos ya se intentaba partir en igualdad
de condiciones. Eso mismo fue lo que ocurrió ante el Lugo, como un
volver a empezar con el firme propósito de hacer las cosas de una manera
más racional, comenzando desde el cuerpo técnico y terminando por el
último jugador en saltar al césped. De primeras, se pudo comprobar que
para optar al triunfo en la actual Segunda A, e incluso para liderar la
clasificación, se debe ocupar el terreno de juego de manera simétrica.
Si frente al Tenerife la fotografía del centro del campo rojiblanco se
asemejó a la de la llegada del hombre a la Luna, con Azeez de astronauta, ante
el UCAM de Murcia la alineación se pareció a un extravagante ensayo de
la NASA. Ya no cabían más experimentos ni concesiones al adversario, un
simple triángulo formado en la parcela central por Joaquín, Diamanka y
Azeez proporcionó el equilibrio necesario para competir de tú a tú ante
el ordenado y sorprendente Lugo. Como se comprobó, no se trataba de
realizar ninguna exhibición de fútbol total, sino de achicar los accesos
al rival como primera medida e intentar dejar la portería a cero. El
resto, es una labor de talento por parte de los creadores y acierto ante
el marco rival de los delanteros. Con una sosa igualdad rayana en el
comunismo más ortodoxo, transcurrió todo el choque entre el equipo más
goleado y el más goleador de la categoría. ¿Qué se perdió por el camino?
Sin duda alguna el factor sorpresa y la imaginación ofensiva. Además,
las transiciones, una de las armas más interesantes que hasta ahora se
les ha visto a los de Soriano, pasaron a ser meros acercamientos sin
desborde alguno. Encontrar el contrapeso para obtener seguridad
defensiva y control en el centro del campo, junto a poder ofensivo,
significa en Román Paladino ascenso a Primera División. Pero por segunda
temporada consecutiva no se está en esos vericuetos, sino en volver a
escapar de la quema a base de aburrir a las ovejas, de ser contundentes y
de encontrar la ocasión propicia para matar. El punto culmen estaría en
encajar en ese ordenado puzzle a Pozo. Hay jornadas para intentar
sellar un concepto futbolístico contrario a la idea preciosista del
presidente, aunque también se dijo lo mismo al destituir a Sergi y se
acabó dependiendo en el último segundo de la necesidad del Girona. En el
plano individual, hay jugadores que podrían dar más de sí siempre que
las cosas se hicieran mejor, como es el caso de Puertas. Se le ve al de
Benahadux con una marcha más que al resto de sus compañeros y quizá
cohibido ante la inseguridad de los suyos. Próxima parada Huesca, un
rival y un estadio propicio para testar el orden y la seguridad
anhelada.