Mi nueva Acta, publicada en Diario de Almería
La distancia entre integrantes de la medular como Vélez y Pozo, no es
mayor porque no hay más césped. Una pena, porque sigo pensando que hay
mimbres para algo más de lo visto ayer
Por lo padecido, tengo una oportunidad de oro para cubrir toda esta
misiva de críticas negativas, pero creo que es mejor reflexionar de una
forma sosegada. Estamos en los albores de la nueva campaña y conviene
ser cauto porque a este equipo se le han visto detalles positivos desde
el comienzo de la temporada. La patente diferencia de juego a favor del
Tenerife no se reflejaba en la clasificación, porque hasta pasadas las
13:30 horas de ayer, los visitantes contaban con un punto menos. De
hecho, a los de Soriano, por momentos se les vio brillar en otros
partidos, superando con claridad al rival. Por eso quiero acuñar aquella
frase que reza, ni tan buenos antes, ni tan malos ahora. Dicho esto, sí que conviene profundizar en determinadas
cuestiones que, de no corregir a tiempo, pueden hacer que este conjunto
reviva la angustia de la anterior campaña. La misma angustia que un
servidor revive al analizar un mal endémico arrastrado tiempo ha, un
equipo partido en dos. La distancia entre algunos integrantes de la
medular, me refiero a Vélez y Pozo, no es mayor porque no hay más
césped. Uno, pegado a la pareja de centrales y otro, al delantero
centro. En medio, un Azeez desconocido, desdibujado. Conclusión a
extraer de la categoría: esta Segunda A es paupérrima, porque si con
estas facilidades tiene un rival que esperar a las postrimerías del
choque para adelantarse de rebote, es porque su calidad resolutiva ante
el marco contrario deja mucho que desear. Una pena, sigo pensando que hay mimbres para algo más que lo que
vimos ayer. De toda la vida se ha dicho que las líneas deben estar muy
juntas, para que todo el bloque bascule al unísono, a no ser que la
calidad técnica de los jugadores diera para otros menesteres. Como no es
el caso, habría que corregir ese desajuste cuanto antes. Si hay que renunciar a un punta, se hace; si uno de los
delanteros se sacrifica en otras labores, con el objetivo final de no
perder poder ofensivo, se idea, se entrena o se prueba, pero algo hay
que concebir diferente a lo que se está viendo. Pese a la igualdad de la categoría, a la torpeza de los
adversarios y a ciertas acciones individuales que elevan el optimismo,
la ansiedad se volverá a instalar en todo el entorno rojiblanco,
incluyendo a la sufrida afición, si no se toman medidas drásticas.
Juntar las líneas es la próxima labor en la que Soriano debería trabajar
antes de que sea demasiado tarde. Permitiría atacar y defender como
hizo el Tenerife. Me atrevería a afirmar que con las múltiples vías de
acceso que tuvieron los tinerfeños, los de Soriano hubiesen matado antes
el choque. Por cierto, se le podría conceder una oportunidad a Quintanilla,
no vaya a ser que el nuevo central, aparte de demostrar su valía, suba
el caché de Morcillo, como Saveljich logró. Saber de las posibilidades
de Quique, de la habilidad de Fidel, de las prometedoras acciones de
Puertas o del futuro de Pozo, y no poder disfrutarlas en un contexto
apropiado para sus características, puede provocar lo de Cristian o
Montoro, su éxito lejos del Mediterráneo. A tiempo se está de evitar el
desastre.
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