Mi nuevo artículo, publicado en Diario de Almería
El Almería más valiente de la historia va tomando forma. Atrevido en la
firme apuesta por Francisco y por ofrecer unos abonos asequibles,
corrigiendo de un plumazo los posibles errores cometidos antaño. Si
repasamos la reciente historia futbolística, el atrevimiento suele ser
la antesala del éxito, siempre que no se actúe con imprudencia. Por
fortuna, la labor que se desarrolla desde las bases está dando sus
primeros frutos y los que suben, técnicos y jugadores, están cada vez
más preparados. Otra cosa es que el envoltorio sea o no el adecuado. No
soy de los que opinan alegremente de un jugador que no he seguido con
regularidad, por lo que voy a obviar comentario alguno acerca de los
nuevos. De Rafita, por ejemplo, puedo dar un informe completo, pero no
de los que no examiné con esmero. Si acaso me atrevo con Tébar,
excelente centrocampista. Esperemos que se le extraiga el máximo
rendimiento a los que han arribado, tal y como ha sucedido en las
últimas temporadas. De hecho, las saneadas cuentas del club están en
estrecha relación con la venta de jugadores que explotaron aquí y quizá
menos con el habitual número de abonados. Hasta el momento son nueve
mil, aunque confío en que a partir de mañana se supere de largo la
barrera de los diez mil. Volviendo al plantel, tengo debilidad por dos
jugadores que están en el alero, Abel y Edgar. Ojalá que provoquen en
nuestro técnico la duda sobre su posible permanencia. También Cristóbal
me parece un jugador interesante en un filial que debería apostar por el
mismo esquema que imponga Francisco, al igual que el juvenil. Ahí
radica el éxito de la cantera del Barça, que a la postre ha repercutido
directamente en el primer equipo. De los consagrados, tengo bastantes
esperanzas puestas en Aleix y Jonathan. Como despedida, un recordatorio
para el ingrato Negredo: fue el Almería quien te reclutó para primera
cuando no eras nadie, y no el Sevilla. Por eso, siempre aludo a las
idolatradas aves de paso; se van, pero siempre quedará nuestro club.
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