Mi nuevo artículo, publicado en Diario de Almería
Comienzo por el final. ¿Cómo es posible que unos jugadores
profesionales puedan cometer un error tan grave que facilitó el 0-1?
Wellington no dejó que el esférico saliera por banda cuando estaba en
fuera de juego. No es lo mismo un saque de banda que un lanzamiento a
balón parado. Con el saque, el adversario puede ser presionado; con el
balón parado, el rival se puede plantar con facilidad y rapidez en el
área contraria. Por desgracia, ocurrió lo segundo. En el último tercio de
partido ya se empezaba a vislumbrar que la victoria, que tuvimos en la
mano al comienzo, pasaba a ser una utopía, pero conservábamos un
punto. Por eso da tanta rabia lo que aconteció. Es cierto que el Almería
salió a por todas, con un equipo ofensivo incluyendo una delantera
internacional por completo. Si pese a disputar en la primera mitad un
encuentro dinámico, con múltiples llegadas, se perdona como Jonathan (su
zurda va de acompañante) o Hemed (telegrafió su disparo), puede ocurrir
que el adversario resurja de sus cenizas y crezca dominar. Sigo
pensando que para un rato no viene mal un sistema tan ofensivo, pero
para la globalidad de un partido habría que sostener mejor la medular
con más efectivos. Y es que durante la segunda mitad ésta se perdió por
completo. El calendario aprieta, el triunfo de casa no llega y el Madrid
a la vuelta de la esquina. En Eibar habrá mucho, por ser benévolo, en
juego.
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