martes, 2 de diciembre de 2014

Vivan los tontos

Mi nuevo artículo, publicado en Diario de Almería
 
Comienzo por el final. ¿Cómo es posible que unos jugadores profesionales puedan cometer un error tan grave que facilitó el 0-1? Wellington no dejó que el esférico saliera por banda cuando estaba en fuera de juego. No es lo mismo un saque de banda que un lanzamiento a balón parado. Con el saque, el adversario puede ser presionado; con el balón parado, el rival se puede plantar con facilidad y rapidez en el área contraria. Por desgracia, ocurrió lo segundo. En el último tercio de partido ya se empezaba a vislumbrar que la victoria, que tuvimos en la mano al comienzo, pasaba a ser una utopía, pero conservábamos un punto. Por eso da tanta rabia lo que aconteció. Es cierto que el Almería salió a por todas, con un equipo ofensivo incluyendo una delantera internacional por completo. Si pese a disputar en la primera mitad un encuentro dinámico, con múltiples llegadas, se perdona como Jonathan (su zurda va de acompañante) o Hemed (telegrafió su disparo), puede ocurrir que el adversario resurja de sus cenizas y crezca dominar. Sigo pensando que para un rato no viene mal un sistema tan ofensivo, pero para la globalidad de un partido habría que sostener mejor la medular con más efectivos. Y es que durante la segunda mitad ésta se perdió por completo. El calendario aprieta, el triunfo de casa no llega y el Madrid a la vuelta de la esquina. En Eibar habrá mucho, por ser benévolo, en juego.

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