lunes, 9 de febrero de 2015

El fútbol es maravilloso

Mi nueva acta, publicada en Diario de Almería

La vida es fútbol y el fútbol es vida. Cuando comienza un nuevo día no sabes qué ocurrirá o el giro que puede dar tu existencia por un lance inesperado. Si a los 15 minutos de la segunda mitad nos dicen que el Almería iba a remontar, nos lo podíamos medio creer. Poco a poco los nuestros se hacían con el mando del encuentro. Pero si nos aseveran que la remontada la iba a comandar nuestro lateral derecho con dos tantos seguidos, habríamos pensado que se trataba de una broma pesada. Por eso siempre rebato aquel argumento de los más puristas: jugar bonito y divertir por encima de todo. En la NBA tiene sentido el espectáculo, al no haber descensos, pero en nuestra competición solo los números te mantienen en la cúspide. Tres puntos, pero ¿alguien se acuerda del guardameta del Córdoba? Mientras leéis estas líneas, ¿recordáis su nombre? El Almería aprovechó su momento, sobre todo esos 20 minutos mágicos en el ecuador de la segunda parte, para llevarse la victoria. Así de sencillo y así de práctico. Sin embargo sería un oportunista si obviara los males de un conjunto que otro día, con mejor juego, pueden condenarle a la derrota. Al once inicial de JIM, sin Thomas, Vélez o Azeez (un lujo) le falta una pizca de sal para que sepa un poco mejor. Lo cierto es que en el descanso nos marchamos vivos a la caseta, pero seguimos careciendo de contundencia defensiva en numerosas zonas clave. Incluso me pareció incomprensible que JIM no realizara sustitución alguna tras la reanudación ante dicha situación. Menos mal que las circunstancias envolvieron una coyuntura que pintaba mal. Con esto no quiero restar mérito a la importante victoria, ni a la buena segunda mitad, en la que el Córdoba deambulaba por su estadio completamente perdido, pero el brillante tanto de Michel dio el inesperado giro que todos soñamos. El colosal pase de Wellington, el control del lateral brasileño y, sobre todo, la decisión de Michel al lanzar por sorpresa con su pierna mala, valió su peso en oro. No es casualidad la explosión del lateral brasileño. Junto a Guilherme, recaló en nuestro club como una firme promesa y va camino, olvidados ya algunos aspectos extradeportivos, de convertirse en un jugador apetecible para numerosos clubes de primera línea. Lástima que su compañero Guilherme, con excelentes condiciones, no le acompañe en su andadura. Otro capítulo individual lo reservo para Thievy. Cada vez me gusta más. Atesora una rara habilidad para realizar a menudo lo que él mismo piensa. Eso es una suerte y una gran virtud. Su potencia le acompaña, pero su destreza sale a relucir partido a partido. Con Hemed forma una dupla que dará que hablar. Ya mostraron hace un mes su potencial jugando juntos e intercambiado sus posiciones. El viernes, a buen seguro, tendremos la oportunidad de verlos de nuevo en acción. Una simbiosis perfecta al servicio de nuestros intereses. Espero que el pequeño colchón de puntos con respecto al descenso nos permita disfrutar de mejor fútbol, pero soy de los que se quedan con el resultado por encima de todo. 

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