Mi nuevo artículo, publicado en Diario de Almería
El presupuesto de la próxima campaña va a sufrir un serio recorte. En
principio, la noticia podría caer como un jarro de agua fría entre la
afición almeriense, que ve cómo las aspiraciones de antaño se minimizan.
Se habla de no pasar apuros, admitiendo que el supuesto ascenso
quedará muy lejos. En teoría, el plantel rojiblanco daría para ser un
Numancia más, pero ese supuesto queda hecho añicos cuando analizamos la
última temporada en Segunda. El fútbol de salón exhibido por el conjunto
de Emery en el año del ascenso ya no cotiza al alza, a no ser que la
categoría técnica de los jugadores fuera excelsa para contrarrestar a
los numerosos pitbulls de los equipos de plata.
Como los jugones acaban en Primera, habrá que acertar a la hora de introducir músculo.
El primero que debe cambiar de mentalidad es el presidente. Sus
buenas intenciones de fútbol preciosista deben caer en el olvido para
adaptarse a las circunstancias. De hecho, la UDA va a partir con un
presupuesto similar al de Alavés o Leganés, que ascendieron
directamente.
Una pieza clave sobre la que armar la nueva plantilla ya está en
casa, Ramón Azeez. Lo confieso, solo por ver la evolución del nigeriano
en esta temporada merece la pena renovar o adquirir un nuevo abono. Si
se llena la plantilla de Ramones, junto a extremos veloces, fortaleza
atrás y una pizca de ingenio en las inmediaciones de la media luna, se
puede hablar de un nuevo Alavés, Leganés, Osasuna, e incluso Nástic o
Girona.
Para eso no hace falta el presupuesto de la pasada campaña con
el que se estaba a medio camino. Ni se tenía la calidad suficiente para
sortear la dura presión contraria, ni se podía combatir cuerpo a cuerpo.
Habrá que adaptarse al medio formando, de una vez, el Almería más rudo
que se recuerda, no solo para sobrevivir, sino para triunfar.
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