Mi nueva Acta, publicada en Diario de Almería
La irrupción de José Ángel es una gran noticia, aunque de nuevo haya
tenido que demostrar su valía. Mención especial para Joaquín, que
corrobora su internacionalidad en las inferiores.
En ocasiones la fortuna juega a favor o en contra, pero cuando todo se
plantea de una forma razonable, la influencia externa interviene en
menor medida. Si además nos referimos a una competición liguera, la de
la regularidad, y encima se trata de la interminable Segunda A, la
suerte no hace sino dar pequeños sustos semanales para, posteriormente,
terminar siendo equitativa. Ante el Córdoba, pese a la cabezonería de
Soriano con algunas individualidades, el bloque rojiblanco ocupó con
criterio el terreno de juego. El apoyo de José Ángel a Pozo fue clave,
pero por encima de todo la contundencia y la intensidad empleadas,
tantas veces reclamadas desde estas líneas. Contundencia por la
anticipación y la presión defensiva, destacando en este apartado un
jugador como Pozo. Precisamente, en uno de sus robos se generó la
primera ocasión. No solo los defensas y los centrocampistas deben
aportar, sino que todo el conjunto en bloque debe participar. Ya sé, es
un concepto muy manido, pero funciona. De hecho, en una entrevista
realizada a Guardiola acerca del secreto de su gran Barça, el técnico
catalán confesó que su gran mérito nada tenía que ver con la seguridad
de Xavi, la magia de Iniesta o la resolución de Messi, sino que
radicaba en lograr que esos mismos jugadores de otra dimensión
futbolística, presionaran al rival desde la zaga contraria como el que
más. Tampoco se trata de desgastar defensivamente a los de más talento,
pero sí que nunca se debe olvidar que el bloque (tercera vez que dicho
término sale a colación) es lo más importante. Intensidad por el
desarrollo del juego, y aquí entra en liza el plano ofensivo. El primer
tanto rubricado por Fidel proviene de la intensidad, en llegar un
segundo antes que el rival. Ximo, con su progresión por la derecha, y
Puertas, con su asistencia de oro a Fidel, fabricaron un tanto gestado
por la potencia y la anticipación ofensiva. No digamos el segundo de
Quique, una maravilla, pero de nuevo entra en juego la intensidad. Basta
ver cómo Quique sortea al defensa, al límite, y cómo define, de nuevo
al límite. Reitero, de nada servirían ambos conceptos, contundencia e
intensidad, si como aludí al comienzo no se distribuyen convenientemente
las piezas sobre el tapete. Si no, éstas se convertirían en pollos sin
cabeza. La irrupción de José Ángel ya supuso una grata noticia en el
curso anterior, pero de nuevo en el presente, el jugador procedente del
filial, ha tenido que volver a demostrar su valía, en este caso por la
lesión de sus compañeros. Su ausencia del once inicial en Zaragoza, no
tuvo sentido alguno. Como colofón, mención especial para Joaquín, un
jugador total que demuestra el porqué de su internacionalidad en
categorías inferiores. Una jornada afortunada, no es frecuente que el
primer equipo y el filial ganen y consigan golear en el mismo fin de
semana. Si además la UDA logra su victoria 200 en Segunda A, miel sobre
hojuelas, pero que no se olvide un dato, el equipo sigue en puestos de
descenso. A seguir trabajando.
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