Mi nueva Acta, publicada en Diario de Almería
Pozo es sin duda el mejor jugador, no solo en cualquier choque, sino de toda la Segunda.
Ser colistas con el centrocampista malagueño en plantilla merece una profunda reflexión
El conjunto de Soriano sigue en descenso, y más jornadas
que permanecerá en él si continúa por la senda de ayer. Sí, el resultado
fue magnífico y ahí quedará para la historia de la estadística, pero no
nos engañemos, el equipo sigue sin jugar a algo medio reconocible y el
Oviedo demostró el porqué de su pésima racha. Aun así, si el electrónico
final hubiese reflejado un resultado adverso, tampoco se podría haber
hablado de una injusta derrota. Fue una de esas alegrías que se deben
tomar con cautela, porque a este conjunto le queda mucho trabajo, quizá
no por hacer, sino más bien por reflejar sobre el terreno de juego lo
que se desarrolla a diario. Casi titulo, por tercera semana consecutiva, la madre de
los todos los desastres tácticos, en este caso III, pero dejemos como
reivindicación estas primeras líneas para que nadie viva engañado.
Ciertos aspectos de suma importancia saltan a la vista, como las
posibilidades de Pozo, sin duda el mejor jugador, no solo del choque,
sino de toda la Segunda División. Partir, instantes antes del comienzo
del partido, como colistas teniendo al centrocampista malagueño en
plantilla, merece una profunda reflexión, sobre todo cuando precisamente
el jugador no se encuentra rodeado de mindundis del balompié. Se
comenta en los mentideros futbolísticos que Pozo no termina de poner de
su parte para dirigir el timón de su equipo. Puede que algo de razón
exista en esa aseveración, pero gran parte del trabajo de un entrenador,
sea del deporte que sea, reside en motivar y hacer que su pupilo rinda
al máximo a través del sacrificio y de la concentración. Una vez logrado ese objetivo, entra en juego el talento
propio e innato de cada deportista. Si Soriano no ha conseguido imbuir a
Pozo, que no parece tener la mente del Suso que pasó por aquí, del
marchamo de líder, gran parte de demérito debe recaer sobre el técnico
de turno. Otro aspecto negativo, para que no se tenga que depender tanto
de las circunstancias de cada partido, fue la disposición sobre el
terreno de juego y la forma de extraer a cada jugador el máximo jugo
posible. Lo de Vélez de centrocampista ya chirría. ¿Por qué no se adelanta a Joaquín para hacer pareja
con Borja, teniendo a Pozo por delante? ¿Sería ese un centro del campo
para un colista de Segunda? No creo, ¿no? Y Azeez, guardado en
cloroformo. Además, todos recordamos a Vélez de central, rindiendo a un
aceptable nivel. La aportación del mencionado Borja y de Álamo está
siendo decisiva, pero que a nadie se le olvide que si se vuelve a las
andadas el efecto llegada se diluirá como un azucarillo. Ni siquiera los
grandes compiten como deben si existe desorganización sobre el campo.
Que se lo digan a Messi cuando juega con Argentina. No todo van a ser palos, aparte de los parabienes
para Pozo y los recién llegados (tampoco quiero olvidarme de Casto),
también se deben repartir alabanzas para los dos jugadores del filial,
que cumplieron a las mil maravillas. Garrido muy firme en su lateral y
Gaspar, que ya figura en la lista de goleadores rojiblancos por delante
de Chuli y de Juanjo.