domingo, 28 de mayo de 2017

Quique, un oasis en el desierto

Mi nueva Acta, publicada en Diario de Almería

Ya queda menos para respirar de nuevo. Vaya dos temporadas de sufrimiento en Segunda, con plantillas en teoría diseñadas para disfrutar. En Primera no hay opción, se debe luchar por la permanencia hasta la extenuación, pero en la categoría de plata se llevan dos campañas creyendo en alcanzar altas cotas y, a la postre, batallando por lo contrario, que es lo peor. Cierto es que se ha mejorado en los últimos meses, pero por enésima vez  se pudo comprobar ante el colista que a este conjunto le sigue faltando solidez para competir con garantía en Segunda. Fue un choque relativamente tranquilo, pero de nuevo se le dejó al contrario jugar de más, en este caso al adversario más débil y con menos moral de todos. Entre tanta irregularidad, en los buenos y malos momentos, hay un jugador con una modélica trayectoria en estos años de plomo, que se ha merecido todos los parabienes habidos y por haber. No es otro que Quique. No es una súper estrella, ni llegará a fichar por un grande, pero me atrevería a decir que el delantero vallisoletano ha llegado a sostener una nave que por momentos se iba a la deriva de la Segunda B. Excepto en los albores de esta campaña, Quique no solo ha contribuido con sus tantos, sino que su lucha, a veces en solitario como en la pantomima de hace una semana en Mallorca, le otorga al ariete rojiblanco el título de jugador más valioso entre todo el fango soportado recientemente. Ayer, un ejemplo más. Otros también han contribuido a la resurrección, como Casto y Joaquín. Al guardameta no lo esperaba tan en forma, al menos un servidor, pero ahí ha estado en estos meses con sus paradas y sus reflejos. Apenas intervino ayer tarde, aunque evitó el empate con una buena mano. Joaquín por su parte, ha servido como comodín de lujo, con sus constantes cambios de posición, circunstancia inusual en un jugador tan joven. De nuevo tuvo que volver a la zaga, como si le dicen que juegue de delantero, es genial. Estos pilares, junto al cambio de intensidad promovido desde el banquillo, y un mínimo de orden, han logrado mantener a flote a un conjunto que de nuevo ha podido aprovecharse del calendario en las últimas jornadas. Todos juegan contra todos, no influye la suerte, pero no es lo mismo afrontar choques fraticidas al final, que disputar encuentros frente a rivales con todo hecho. Por el contrario, el reflejo negativo de toda la temporada se volvió a ver en Pozo y en Fidel. Ni ante el recién descendido Mirandés, dos peloteros llamados a ser parte fundamental del buque insignia rojiblanco, pudieron lucirse. Pozo fue un quiero y no puedo, y Fidel un quiero y no doy una a derechas. En cuanto a lo escasos silbidos a Vélez, espero que ya no se vuelvan a repetir. Me temo que habrá que sufrir en el último partido ante el Reus. Ojalá me equivoque, pero frente al Getafe algo similar de lo que ocurrió en Mallorca puede acontecer, mezcla de conformismo y de lo que sea. A ver si en el último partido de la temporada se pudiera al fin, y después de varios años, disfrutar sin mayores sobresaltos.

lunes, 22 de mayo de 2017

El peligro de jugar con fuego

No es normal que un equipo salga a verlas venir jugándose la vida. No es normal que en la segunda mitad, con el marcador en contra, no se fuese a tumba abierta a por el empate. No es normal que diera la impresión de no querer hacer daño al contrario. No es normal que de nuevo se vuelva a jugar con fuego, con lo que ha costado salir de la cueva. No es normal. Aunque pensándolo bien, igual sí es normal y todo cuadra. Hasta el marcador final. Hoy por ti, mañana por mí. Me ganas, pero sin superar el gol average, si bien todo queda en el aire al contar desde estos momentos la diferencia de goles, ligeramente superior por ahora a la UDA Y es que a uno se lo ponen en bandeja. No creo que pueda haber ningún aficionado rojiblanco pensando en que se hizo lo que realmente se pudo o que simplemente la tarde fue aciaga. Quedó un regusto demasiado agrio para pensar que la almendra amarga tocó ayer por mala suerte. Lo peor no fue la salida en tromba del Mallorca, hasta cierto punto comprensible, sino el desarrollo posterior del choque, en especial durante la segunda mitad. Solo Quique puso cierto empeño, y a ratos Puertas, porque el resto, sobre todo Fidel o Azeez, se lucieron de lo lindo. En general, todo el equipo. Los centrocampistas perdidos, los defensas sacando balones como podían y los delanteros fallando en la segunda mitad alguna ocasión medianamente clara. La presión, inexistente, tan solo de forma individual y desordenada. En los minutos finales daba la impresión de que el marcador no se iba a mover, se percibía, se palpaba. Remitiéndome al escrito de la semana pasada tras la victoria ante el Numancia, me referí al peligro de esta jornada si se encaraba este partido de manera relajada. Pues la amenaza ya está ahí. Si al Mirandés le da hoy por ganar al Valladolid, se comprime la clasificación hasta tal punto de que el  mismo Mirandés, con una victoria en el Mediterráneo el próximo sábado, se mete de lleno en la lucha por la salvación. El que se presumía iba a ser un encuentro de guante blanco, se podría convertir en uno dramático, porque siguiendo la estela del calendario luego tocaría viajar a Getafe, con un equipo a la caza y captura del Girona en ascenso directo, aparte de que los madrileños querrán asegurar el tercer puesto que concede todos los privilegios de cara a las eliminatorias de ascenso. Es pensar más allá, pero los de Ramis se pueden complicar, y mucho, una permanencia que tenían casi lograda. En cuanto al titular de esta Acta, de hace una semana, la intensidad marca la diferencia, vaya si la marcó, pero a favor del rival. No sé qué resultará del lío que se ha formado en la cola de cara a eludir los puestos de descenso, pero Robert Sarver, el millonario dueño de la franquicia de la NBA, Phoenix Suns, propietario a su vez del Mallorca, puede estar tranquilo, no creo que su conjunto descienda, y eso que parecía que su equipo tenía los dos pies en Segunda B. Aun así, con todo el justificado enfado de ayer, si la UDA gana lo que le queda en casa la salvación no se escapa, pero va a haber que sufrir, una vez más, hasta el último suspiro.

domingo, 14 de mayo de 2017

La intensidad marca la diferencia

Mi nueva Acta, publicada en Diario de Almería

El fútbol y las matemáticas son polos opuestos, pero a veces se dan la mano. Si se compite con una alta dosis de intensidad, los resultados terminan por llegar. Esta máxima casi siempre se cumple, si es que se dispone de cierta calidad.  La intensidad con la que este Almería juega no es la de antaño, tanto es así que está resultando clave en el devenir de los rojiblancos en esta sufrida campaña. ¿Por qué no se compitió así desde el comienzo? Razones habrá, pero los jugadores ya actúan como algunos de sus rivales. El Numancia es un ejemplo tipo de Segunda. Desde que el conjunto soriano visita el Mediterráneo, pocas variaciones se le han visto a un equipo adaptado a la categoría de plata como un insecto palo a una rama. No importa que cambie de jugadores, su filosofía está marcada a sangre y fuego. Las plantillas de la UDA han sido, por lo general, superior técnicamente, pero han adolecido con frecuencia de la referida intensidad, de orden táctico y de un sistema trabajado. Durante la primera mitad se vio con claridad. Los de Ramis demostraron ser más poderosos en el plano físico, con una técnica más depurada, mientras que los de Arrasate fueron a lo suyo, como hormiguitas, haciendo su trabajo. Con orden y colocación terminaron por encerrar a los rojiblancos, que han madurado y ya saben sufrir cuando toca. Con el compendio de todo lo expuesto, se han dado los pasos necesarios para encontrar la senda de la salvación. Y estos pasos entroncan con el ímpetu y el ritmo al que, en la actualidad,  se juega. Ayer bastaron 45 minutos para refrendar que la plantilla de la UDA es bastante mejor que la del Numancia, pese a que los sorianos todavía aventajan en tres puntos a los almerienses. Si Joaquín (este jugador siempre jugó al 100%), Borja, Pozo, Fidel o Azeez, por nombrar a algunos, se implican, y en esto siempre tiene que ver el entrenador, pocos equipos hay en Segunda que superen a los de Ramis. Gran mérito el del nuevo técnico, sin olvidar la primera semilla que sembró Fran Fernández. Todavía no hay nada hecho, pero la dinámica es positiva. Tanto, que siguiendo la clasificación parcial desde la jornada del primer cambio en el banquillo, hasta la de este fin de semana, la UDA se encuentra en posiciones de promoción de ascenso a un solo punto del líder de esa tabla parcial, el Getafe. Es más, con la puntuación actual de 45 puntos, la diferencia de haber estado luchando por la promoción de ascenso estribaba en haber conseguido tan solo dos o tres victorias en vez de derrotas. Todavía me acuerdo de hace casi una vuelta, con el fiasco ante el Mirandés en los albores de la Navidad. Si se hubiera intervenido en ese momento, quién sabe dónde se estaría ahora. De vuelta a la realidad, la próxima jornada en Mallorca puede resultar peligrosa. Si se encara el choque con relajación por pensar que casi todo está hecho y no entran en guerra total con un contrario ávido de puntos, que tiene la soga de la Segunda B al cuello, se puede caer en el error de volver a la agonía, pese a que el siguiente visitante es el Mirandés. Que se lo pregunten al Elche.