domingo, 14 de mayo de 2017

La intensidad marca la diferencia

Mi nueva Acta, publicada en Diario de Almería

El fútbol y las matemáticas son polos opuestos, pero a veces se dan la mano. Si se compite con una alta dosis de intensidad, los resultados terminan por llegar. Esta máxima casi siempre se cumple, si es que se dispone de cierta calidad.  La intensidad con la que este Almería juega no es la de antaño, tanto es así que está resultando clave en el devenir de los rojiblancos en esta sufrida campaña. ¿Por qué no se compitió así desde el comienzo? Razones habrá, pero los jugadores ya actúan como algunos de sus rivales. El Numancia es un ejemplo tipo de Segunda. Desde que el conjunto soriano visita el Mediterráneo, pocas variaciones se le han visto a un equipo adaptado a la categoría de plata como un insecto palo a una rama. No importa que cambie de jugadores, su filosofía está marcada a sangre y fuego. Las plantillas de la UDA han sido, por lo general, superior técnicamente, pero han adolecido con frecuencia de la referida intensidad, de orden táctico y de un sistema trabajado. Durante la primera mitad se vio con claridad. Los de Ramis demostraron ser más poderosos en el plano físico, con una técnica más depurada, mientras que los de Arrasate fueron a lo suyo, como hormiguitas, haciendo su trabajo. Con orden y colocación terminaron por encerrar a los rojiblancos, que han madurado y ya saben sufrir cuando toca. Con el compendio de todo lo expuesto, se han dado los pasos necesarios para encontrar la senda de la salvación. Y estos pasos entroncan con el ímpetu y el ritmo al que, en la actualidad,  se juega. Ayer bastaron 45 minutos para refrendar que la plantilla de la UDA es bastante mejor que la del Numancia, pese a que los sorianos todavía aventajan en tres puntos a los almerienses. Si Joaquín (este jugador siempre jugó al 100%), Borja, Pozo, Fidel o Azeez, por nombrar a algunos, se implican, y en esto siempre tiene que ver el entrenador, pocos equipos hay en Segunda que superen a los de Ramis. Gran mérito el del nuevo técnico, sin olvidar la primera semilla que sembró Fran Fernández. Todavía no hay nada hecho, pero la dinámica es positiva. Tanto, que siguiendo la clasificación parcial desde la jornada del primer cambio en el banquillo, hasta la de este fin de semana, la UDA se encuentra en posiciones de promoción de ascenso a un solo punto del líder de esa tabla parcial, el Getafe. Es más, con la puntuación actual de 45 puntos, la diferencia de haber estado luchando por la promoción de ascenso estribaba en haber conseguido tan solo dos o tres victorias en vez de derrotas. Todavía me acuerdo de hace casi una vuelta, con el fiasco ante el Mirandés en los albores de la Navidad. Si se hubiera intervenido en ese momento, quién sabe dónde se estaría ahora. De vuelta a la realidad, la próxima jornada en Mallorca puede resultar peligrosa. Si se encara el choque con relajación por pensar que casi todo está hecho y no entran en guerra total con un contrario ávido de puntos, que tiene la soga de la Segunda B al cuello, se puede caer en el error de volver a la agonía, pese a que el siguiente visitante es el Mirandés. Que se lo pregunten al Elche.

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