viernes, 14 de enero de 2011

Portería a cero

Podría ser el comienzo de un bonito cuento si no fuera porque el Real Madrid de Cristiano Ronaldo es el próximo rival. En cualquier caso, el objetivo no es otro que lograr un final feliz para el relato de nuestro cuarto año en la élite. Para ello, habría que repetir bastantes veces lo de anoche: dejar la portería a cero. Precisamente, la última vez que se consiguió fue, en Riazor, a finales de septiembre del pasado año. Demasiado tiempo ha pasado desde aquella fecha, y más si tenemos en cuenta que aparte de los dos encuentros mencionados, tan solo se pudo alcanzar dicha meta en el Reyno de Navarra. Ahora bien, de nada serviría conquistar el ansiado equilibrio defensivo si careciéramos de recursos ofensivos. Por fortuna, desde la llegada de Oltra se aprecia que el Almería está vivo y que, exceptuando la fragilidad defensiva, se está al nivel de los conjuntos de nuestra liga. Por eso, repito y reitero, sería tan decisivo mantener, tanto como se pueda, nuestra portería a cero. Ojalá el feliz regreso de Pellerano, que casualmente ha reaparecido frente al mismo equipo con el que comenzó su calvario, sirva para aumentar la competencia. Lo que se echó de menos fue un ambiente acorde con unos inéditos cuartos de final en Almería. Buena parte de culpa la tiene la tozuda rigidez de unos dirigentes rojiblancos que no saben o no quieren rectificar sobre la marcha. El horario impuesto, la retransmisión televisiva y el desencanto actual, debería haber tenido una respuesta efectiva y contundente por parte de la directiva. Un ejemplo: anteayer en Villarreal, abonados gratis. No hace falta ser Einstein para haber ideado una fórmula que hubiese armonizado ambiente en las gradas y rentabilidad económica.



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