Mi nuevo artículo, publicado en Diario de Almería
El Almería llegará a la última jornada con posibilidades de ascenso
directo. No hay duda de que es un notable logro tras la reciente mala
racha de juego y resultados. Ahora habría que preguntarse, con la cabeza
fría y el corazón caliente: ¿todo esto ha sido fruto de la sustancial
mejora de las prestaciones del equipo? Supongo que cada seguidor tendrá
una respuesta, pero sospecho que la mayoría se dejará llevar por las
sensaciones de la goleada en Alcorcón, amén de las cuatro victorias
consecutivas. Los partidarios del resultado a secas sentirán el ascenso a
flor de piel, imaginando que lo acontecido en Santo Domingo se
repetirá. Y habrá otros (los menos) que pensarán y analizarán más
detenidamente los pormenores del espectacular viraje, al menos en cuanto
a resultados. Yo, sin dejar de sentirme esperanzado e ilusionado, me
siento en la obligación de alinearme con los del análisis, ya que desde
estas líneas nunca venderé humo por el bien del Almería, dicho sea de
paso. Si examino el choque de ayer no puedo cerrar los ojos y expresar,
en una huida hacia adelante, que el Almería ha encontrado la senda
correcta y que es el favorito de cara al ascenso directo (el playoff
sería otro cantar). Gracia no es tonto y en su interior sabrá que no siempre sale todo a pedir de boca. La soberana actitud y la
exquisita calidad de la plantilla pueden resolver alguna papeleta, pero
me temo que ambas cualidades se quedan cortas para el objetivo final.
Por lo tanto, ¿serán suficientes las virtudes en las que ahora se apoya
nuestro conjunto? Yo pienso que no, pero al menos todos nos sentimos
ilusionados y albergamos la esperanza de soñar con el ascenso directo.
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