Mi nueva acta, publicada en Diario de Almería
Inexplicablemente relegado al banquillo en los últimos encuentros, el
ghanés sobresalió proporcionando control, fuerza y equilibrio. Thievy
habría aportado más que Hemed con diez
Nadie puede negar la entrega y el compromiso mostrado ante un rival como
el Villarreal. Hasta ahí de acuerdo, pero yo quiero ir más allá. Si a
un ejército no se le suministra el armamento suficiente y la estrategia
adecuada, parte de la batalla la tendrá perdida. Eso fue, ni más ni
menos, lo que le ocurrió al conjunto de JIM en jornadas precedentes. Si
en otros choques nuestro potencial fue desaprovechado, en el de ayer sí
se pusieron parte de los medios para intentar contrarrestar al
adversario. Y digo parte, porque sigo pensando que todavía hay más balas
ocultas. Pero volviendo a la génesis del argumento, el propio JIM
aludió varias veces a la extraordinaria entrega y actitud de sus
jugadores, clave del moderado éxito obtenido. ¿No sería más bien que la
presencia inicial de Thomas resultó ser providencial? Por eso indicaba
antes que el resultado final no solo depende de la entrega de los
jugadores, sino de la estrategia y de los medios suministrados. La
figura de Thomas, inexplicablemente relegada al banquillo en los últimos
encuentros, sobresalió esbelta para proporcionar control, fuerza y
equilibrio a partes iguales. Quien no quiera ver eso es que es un ciego,
futbolísticamente hablando. Lo que no admito es que se intente solapar
ese hecho irrefutable con la entrega y el compromiso que, si en otros
choques no llegó al nivel de ayer, no terminaba de ser la causa
principal por la que el conjunto de JIM rozó el ridículo anteriormente.
Sin duda alguna la presencia de Thomas, que liberó a Corona de una
incómoda tarea para las características del talaverano, aportó bastante
de lo que adolecía un equipo que de seguir con la misma táctica, ni en
cien vidas hubiese optado a permanecer en la máxima categoría. Tan solo
espero que la lección se haya aprendido de una vez, y que al poner sobre
el tapete parte del potencial oculto, nuestro entrenador se anime a
colocar todo el arsenal (llámese por ejemplo Azeez) en el campo de
batalla. Otra ventaja con la que contó el rival fue la sustitución de
Thievy. Una vez que se afrontaba la segunda mitad con un jugador menos,
se necesitaba un plus. No he descubierto la pólvora, pero ¿qué plus? Yo
apostaba a que Hemed se iba a quedar en la caseta, sin embargo el
sacrificado fue Thievy, un jugador que desde mi punto de vista habría
aportado más que el israelí en situación de inferioridad. Es sencillo.
Hemed es un delantero rematador, aunque más vale no recodar que por su
pifia solo se sumó un punto, mientras que Thievy es más veloz e
imaginativo, características ambas susceptibles de mitigar nuestra
inferioridad. No obstante, JIM manifestó que la decisión tomada en el
descanso fue la acertada, entre prescindir de Wellington o de Thievy.
Incluso se autofelicitó al apostar por el gran extremo carioca. ¿La
elección debía ser obligatoriamente entre el brasileño y el congoleño?
Doctores tiene la iglesia. Con la reflexión de hoy intento dejar a las
claras que el equipo de JIM tenía más potencial del que ofreció
recientemente, y que incluso guarda más balas en la recámara. Espero
que se aprovechen.
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