Mi nueva Acta, publicada en Diario de Almería
Fue el último intento antes de perecer. La respuesta de
Sergi al anunciar el once inicial, como entrenador del equipo más goleado de la
categoría, fue clara: defensa de cinco para cortar la sangría de goles en
contra. El sistema de los tres centrales es, desde mi parecer, una maravilla.
Si se dispone de dos laterales de largo recorrido, se cumple con una de las
claves. Se cuenta con Míchel, perfecto.
Por la izquierda la cosa flojea con Dubarbier. También son primordiales dos delanteros
natos. Eldin no lo es. Por eso indicaba que para ejecutar a la perfección ese
sistema, con el que Toshack triunfó en el Real Madrid, conviene contar con los
elementos necesarios. Además, no se puede improvisar sin testar en
pretemporada. Por lógica, el caos sobrevoló el Mediterráneo ante otro equipo
mediocre (lo son la mayoría) de la categoría. Los contrarios, vistos hasta el
momento, parecen ordenados y trabajados. Si hiciéramos una retrospectiva global
del choque, se nos viene a la mente la facilidad para remontar tras el
descanso. Precisamente, con un poco de orden y concierto, ciertas
individualidades mostraron sus cartas de presentación. Supongo que es el método
que busca Alfonso García con el cese de Sergi. Con gol mal anulado incluido, se
le dio la vuelta a la tortilla con relativa facilidad; eso sí, utilizando un
sistema verificado, con un Quique insustituible y un mayestático Míchel. Me da
que el lateral brasileño va a volar antes del 2016. ¿Qué ocurrió a partir de
exhibir la referida superioridad? Quizá la poca confianza que otorga el haber
encajado tal cantidad de goles. Replegarse ante un Tenerife de juguete, tiene
más que ver con la inseguridad de un conjunto goleado de más, que pretende
asegurar la victoria a toda costa. Es cierto lo que manifestó un optimista
Sergi (no sé si con retintín) al quejarse de las pocas ocasiones que tuvo el
rival. Fue en lo único que le asistió la razón al ex entrenador rojiblanco,
porque para conceder una oportunidad de oro al adversario ahí estaba Julián. Habría
que contar hasta el infinito para calificar su proceder. Siendo el granadino un
arquero tan espigado, ¿por qué utiliza siempre los puños al salir? Gracias a su
desacierto en una jugada que no entrañaba excesivo peligro, un equipo que pudo
empezar a atisbar el horizonte después de medio ordenar sus piezas, vuelve a
caer en el abismo de la indecisión. ¿Se
puede aspirar al ascenso con dos cancerberos tan inseguros, pese al cambio de
técnico? Yo, a las malas, me quedo con Casto. El epílogo de Sergi en el banquillo
rojiblanco fue, cuando menos, pintoresco. ¿Pretendía que Pozo obrara otro
milagro en dos minutos? Auténticos palos de ciego los del técnico catalán. Si
el próximo entrenador logra que se juegue de memoria, con un patrón de juego
definido, las individualidades rojiblancas que ahora parecen pollos sin cabeza,
mostrarán lo mejor de sí. Ayer se comprobó durante unos pocos minutos. Pese al
rayo de esperanza, el ultimátun a Sergi anunciado por este Diario, se ejecutó
sin compasión. ¿Se está a tiempo de enlazar con los de arriba? Ojalá.
Una vez más chapó, nada más que añadir
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