Mi nueva Acta, publicada en Diario de Almería
El equipo no defiende con firmeza, no presiona con orden y no ataca con
sentido. Lo peor de cada casa , en el mismo saco. No me extraña que el
lavado de cara haya arrastrado a Carrillo.
Siempre defendí el modelo inglés de competición. Me llamaba la atención
la manera de afrontar comercialmente la Navidad con la disputa de un
mínimo de dos jornadas. Los jugadores de fútbol son trabajadores
privilegiados y, como tales, deberían de dar ejemplo con el objetivo de
alcanzar la máxima rentabilidad. En la presente campaña no quiero ni oír
hablar de ello, porque lo que ahora necesita la UDA es un asueto
extenso, que sirva para desconectar unas mentes bloqueadas, ancladas en
un puerto del que solo se puede partir hacia la Segunda B. La plantilla
será mejor o peor, se tendrá más o menos suerte, pero la dinámica es
ciertamente alarmante. Se pudo ver con claridad sobre el Tartiere. No es
que hayamos observado nada nuevo con respecto a otros partidos, sin
embargo la empanada actual es tan grande, que se agolpan juntos todos los
defectos que han venido asolando a un conjunto que pide a gritos una
reestructuración de cabo a rabo. Al comienzo de liga la defensa era el
talón de Aquiles, mientras que en ataque había solvencia. Con el cambio
de técnico (me refiero a Carrillo), es la zaga la que comenzó a
reforzarse en detrimento del aspecto ofensivo. Se presumía harto
complicado encontrar un equilibrio, aunque siempre se pensaba que éste
llegaría tarde o temprano. El centro del campo seguía a lo suyo, a no
presionar y a no crear. Con toda esta amalgama de males y oscilaciones,
se ha llegado a una situación insostenible. El equipo no defiende con
firmeza, no presiona con orden y no ataca con sentido. Como vulgarmente
se dice, lo peor de cada casa en el mismo saco, con un aditivo en forma
de guinda. Si antes Casto nos salvaba de vez en cuando, ahora Julián no
detiene lo sencillo y solo de vez en cuando ataja lo complicado. El
dilema de la portería es preocupante, porque Julián es la viva imagen
de un conjunto errático y dubitativo. Yo entiendo que Carrillo pudo
estar desesperado, sobre todo por recoger un plantel que no está
diseñado para pelear cuerpo a cuerpo, en distancias cortas, con los
correosos adversarios. La UDA es como un barco que ya hace aguas por
todas partes. Uno de los agujeros es la banda izquierda. El día que
Dubarbier ya no esté en la UDA, vamos a respirar. Qué desconcierto el
del lateral argentino. Lucha, corre, pero es una máquina de errar y un
coladero de categoría suprema para los contrarios. Los centrocampistas
no controlan (bueno, ningún rival lo hace) y además compiten en franca
inferioridad por carecer de una mínima fortaleza para librar una digna
batalla de tú a tú con equipos como el Oviedo, que enciman con orden y
presionan con fuerza. De nuevo, vuelvo a solicitar a Azeez como primer
refuerzo de invierno. Encajaría de perlas. La delantera, ni remata. Si
al menos se fallara, se podría decir que no hay calidad, pero apenas se
llega porque no existe un planteamiento ofensivo que genere
superioridad. La pieza que ha dirigido todo en las últimas jornadas era Carrillo, quizá el que menos
culpa ha tenido. No me extraña que el lavado de cara que necesita
en estas fechas haya arrastrado al técnico catalán. Se presentan días
movidos.
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