La UDA de Gorosito es un calco del conjunto que, desde el comienzo, le
cuesta Dios y ayuda competir de tú a tú. El equipo pierde su escasa
superioridad en un mal planteamiento defensivo.
Nuevo resultado, idénticos errores. La ansiada victoria no me va a
cegar. La UDA de Gorosito es un calco del conjunto que, desde el
comienzo de la temporada, le cuesta Dios y ayuda competir de tú a tú en
Segunda. Cierto es que Gorosito no ha tenido tiempo suficiente para
trabajar con sus jugadores, aunque presumo que le habrá bastado un solo
encuentro para darse cuenta de que este Almería compite en desventaja en
la actual categoría. No importa que el contrario se llame Llagostera u
Osasuna, todos anteponen la destrucción a la construcción. Desde esa
premisa ya se parte en desventaja, en tanto en cuanto los rivales se
muestran organizados en primer lugar, con el aditivo de la agresividad.
Como no hay equipo en Segunda que destaque sobremanera en el plano
técnico, no basta la posesión o la inventiva, sino que todos los
contendientes se alimentan en ataque de la anticipación. El tanto
encajado ayer, es un claro ejemplo. La UDA puede que esté en el pelotón
de los mejor dotados técnicamente, pero pierde la escasa superioridad en
un mal planteamiento defensivo, de cabo a rabo. Un conjunto tan justo
como el Llagostera (quizá el peor de la categoría), la tuvo en los diez
últimos minutos. Se estaría contando otro desgraciado empate si no es
porque esta vez la suerte se alió con los rojiblancos, sobre todo al
final. Insisto, los contrarios compiten organizados con una considerable
dosis de mala uva, mientras que gran parte de los jugadores de la UDA
defienden a verlas venir o más bien flotan ante el rival de turno. En
la segunda mitad los de Gorosito pudieron sentenciar ante un adversario
escasito, e incluso no se pitó un penalti de libro sobre Iván Sánchez,
pero las innumerables internadas con sumo peligro del conjunto catalán,
por no comentar el esférico que acertadamente desvió al final a córner
Julián a Chumbi (en el tanto recibido el cancerbero granadino volvió a
mostrar su desubicación), no hizo sino confirmar que un equipo apenas
dejó jugar, excepto una parte de la segunda mitad, y el otro defendió
con la vista. Por si alguien tiene dudas, vuelvo a remitirme al
visionado del partido completo para comprobar que todo lo expuesto sigue
sucediendo. Tan solo unos centímetros al final y una aceptable segunda
mitad evitó otra gran decepción. No pretendo ser agorero con toda esta
retahíla tras la consecución de una más que necesaria victoria bajo el
brazo, pero la emoción del triunfo no me nubla ni la vista ni la
perspectiva. Es precisamente la lectura del choque, la que debe haber
mostrado a Gorosito que para alcanzar la permanencia, no ya digamos la
promoción de ascenso, se debe ahondar en dos aspectos primordiales: un
intenso trabajo defensivo de todo el equipo desde la organización y la
búsqueda durante el mercado de invierno de los componentes necesarios
para ejecutar dicha idea, que no es otra que la idiosincrasia de la
actual Segunda A, anticipación y orden. Si Gorosito logra equilibrar
ambos preceptos, la UDA dispone de suficientes argumentos ofensivos como
para superar, no sin dificultades, a más rivales de los que hasta ahora
se han rebasado.
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