martes, 5 de enero de 2016

La vida sigue igual

La UDA de Gorosito es un calco del conjunto que, desde el comienzo, le cuesta Dios y ayuda competir de tú a tú. El equipo pierde su escasa superioridad en un mal planteamiento defensivo.

Nuevo resultado, idénticos errores. La ansiada victoria no me va a cegar. La UDA de Gorosito es un calco del conjunto que, desde el comienzo de la temporada, le cuesta Dios y ayuda competir de tú a tú en Segunda. Cierto es que Gorosito no ha tenido tiempo suficiente para trabajar con sus jugadores, aunque presumo que le habrá bastado un solo encuentro para darse cuenta de que este Almería compite en desventaja en la actual categoría. No importa que el contrario se llame Llagostera u Osasuna, todos anteponen la destrucción a la construcción. Desde esa premisa ya se parte en desventaja, en tanto en cuanto los rivales se muestran organizados en primer lugar, con el aditivo de la agresividad. Como no hay equipo en Segunda que destaque sobremanera en el plano técnico, no basta la posesión o la inventiva, sino que todos los contendientes se alimentan en ataque de la anticipación. El tanto encajado ayer, es un claro ejemplo. La UDA puede que esté en el pelotón de los mejor dotados técnicamente, pero pierde la escasa superioridad en un mal planteamiento defensivo, de cabo a rabo. Un conjunto tan justo como el Llagostera (quizá el peor de la categoría), la tuvo en los diez últimos minutos. Se estaría contando otro desgraciado empate si no es porque esta vez la suerte se alió con los rojiblancos, sobre todo al final. Insisto, los contrarios compiten organizados con una considerable dosis de mala uva, mientras que gran parte de los jugadores de la UDA defienden a verlas venir o más bien flotan ante el rival de turno. En la segunda mitad los de Gorosito pudieron sentenciar ante un adversario escasito, e incluso no se pitó un penalti de libro sobre Iván Sánchez, pero las innumerables internadas con sumo peligro del conjunto catalán, por no comentar el esférico que acertadamente desvió al final a córner Julián a Chumbi (en el tanto recibido el cancerbero granadino volvió a mostrar su desubicación), no hizo sino confirmar que un equipo apenas dejó jugar, excepto una parte de la segunda mitad, y el otro defendió con la vista. Por si alguien tiene dudas, vuelvo a remitirme al visionado del partido completo para comprobar que todo lo expuesto sigue sucediendo. Tan solo unos centímetros al final y una aceptable segunda mitad evitó otra gran decepción. No pretendo ser agorero con toda esta retahíla tras la consecución de una más que necesaria victoria bajo el brazo, pero la emoción del triunfo no me nubla ni la vista ni la perspectiva. Es precisamente la lectura del choque, la que debe haber mostrado a Gorosito que para alcanzar la permanencia, no ya digamos la promoción de ascenso, se debe ahondar en dos aspectos primordiales: un intenso trabajo defensivo de todo el equipo desde la organización y la búsqueda durante el mercado de invierno de los componentes necesarios para ejecutar dicha idea, que no es otra que la idiosincrasia de la actual Segunda A, anticipación y orden. Si Gorosito logra equilibrar ambos preceptos, la UDA dispone de suficientes argumentos ofensivos como para superar, no sin dificultades, a más rivales de los que hasta ahora se han rebasado.

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