lunes, 8 de febrero de 2016

La esperanza se convierte en realidad

Mi nueva Acta, publicada en Diario de Almería

Como no podía ser de otra manera, la fortaleza del sistema defensivo ha resultado ser clave. Se le ha jugado de tú a tú a dos gallitos con un saldo de cuatro puntos e interesantes sensaciones.

Ahora sí. La mejoría ya es un hecho y no una ilusión. No quisiera lanzar las campanas al vuelo, pero parece que al fin se ha dado con un sistema idóneo para afrontar el tortuoso camino de Segunda. Y como no podía ser de otra manera, debido a la situación angustiosa y al propio guion de la categoría, la fortaleza del sistema defensivo ha resultado ser clave. No solo por la disposición de la zaga con tres centrales, sino porque desde ahí se fragua un esquema racional que permite disponer de un compañero cerca, de defender sin conceder apenas espacios y de anticiparse en los balones divididos. Como un Messi no hay en cada equipo, dicha distribución es crucial. Pero es que ni siquiera con un Messi sobre el césped se puede triunfar si no existe orden táctico; y si no, preguntemos en Argentina. El choque se pudo ganar o perder, enfrente estaba un conjunto que jugaba en su inhóspito estadio y que con la victoria se aupaba al segundo puesto. Pero a la UDA bien poco le importa esa circunstancia, porque está en un tris de engancharse con los que luchan por la salvación o de hundirse en la desesperación. Si se hubiese estado en una coyuntura más usual, el encuentro se hubiera englobado dentro de un típico enfrentamiento entre dos aspirantes. De ahí, el mérito del punto cosechado pese a la delicada situación. Vuelvo a incidir en las ventajas del actual sistema: los laterales, los más sacrificados y claves en este esquema, se sienten relativamente cómodos. Dubarbier está empezando a perecerse a aquel jugador que destacaba en el Córdoba partiendo desde el centro del campo, en una labor similar a la de un interior al uso. Ahora recorre toda la banda, que tanto gusta al argentino, sin embargo su lateral siempre se encuentra cubierto. Míchel es otro correcaminos que encaja en esta nueva apuesta. Lo malo es que el brasileño no está todavía al 100 %. Cuando lo esté, se puede salir con la flamante disposición. Los centrales no pierden el sitio como antaño. Si alguno de ellos comete un error, hay remedio. Saveljich es de los jugadores que no destacan pero que cumplen, que ya es bastante. Ximo es la escoba del trío, por su rapidez, y Morcillo aporta contundencia. Zaragoza y Osasuna solo han logrado un tanto frente a la UDA en 180 minutos. Fatau y José Ángel ya no pierden el sitio por tener que ayudar a la zaga, aparte de encontrar siempre a los laterales en banda, y los delanteros distribuyen con más fluidez al disponer de más espacios y recibir con peligro desde el extremo. El resultado final es que hasta el momento se le ha jugado de tú a tú a dos gallitos. Cuatro puntos e interesantes sensaciones. La reválida llegará el sábado ante el Lugo. Si se mantiene la misma dinámica, y además se vence, volveremos a ser uno más en la lucha por no descender, en la que soñadores de ofensivos esquemas de Play Station nos metieron al aplicar, nada menos que en Segunda, un sistema utópico para unos jugadores correctos. Tan solo hace motivar a algunos como Pozo, Iván o Puertas que, con el actual sistema, tienen mucho que decir. 

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