Mi nueva Acta, publicada en Diario de Almería
Estimados lectores, perdonen si me repito pero uno comienza
a redactar y se las ve y se las desea para argumentar algo diferente de lo que
se haya escrito en anteriores actas acerca de la disposición del Almería, sobre
todo cuando toca analizar los partidos lejos del Mediterráneo. Mismos errores,
idénticas carencias y semejantes planteamientos, con una forma de buscar la
meta contraria idónea para los intereses de cualquier rival. Y eso que los
adversarios no pasan del aprobado raspado, pero les basta con exprimir sus
escasas virtudes para alcanzar un suficiente. El primer dato que llama la
atención es la posesión de balón. Por ahí podemos empezar a reflexionar. Es
como si un estudiante emplea ocho horas al día y suspende, mientras que otro
con tan solo cuatro, aprueba sin problema. Tanta diferencia de posesión a favor
denota que la forma de atacar no es la correcta. El Numancia sacó máximo
partido a su juego directo, sin tener que sortear el balón. Por el contrario,
los de Soriano magrearon el esférico con estériles posesiones y desplazamientos
horizontales, teniendo que sufrir en cada contra del rival. Míster, la Segunda
es así, no hay que darle demasiadas vueltas. Además, la decisión final, los
últimos pases los ejecutaban los zagueros con pésimo resultado, rifando los
lanzamientos dada su escasa precisión, con el rival bien posicionado. Me viene
a la memoria cuando los adversarios del Dream Team les buscaban las cosquillas
al atrevido sistema de Cruyff. Simplemente dejaban ex profeso la construcción
del juego en manos de Ferrer y Sergi. Aun así, el fútbol es a veces sorpresivo
e injusto, pero solo en determinados partidos, no en una liga regular que
muestra a las claras el paupérrimo rendimiento de los rojiblancos como foráneos.
El centro del campo no solo es estéril en sí mismo, sino que su negligencia
suele perjudicar a la zaga y a la delantera, por el hecho de estar conectado a
ambas líneas. José Ángel y Vélez, como siempre, muy alejados de Pozo. Y como
indicaba al comienzo, la misma cantinela de siempre, con una notable
diferencia, la peligrosidad de la tabla clasificatoria. La igualdad existente
nos tiene medio cegados, pese a que hoy se podría ocupar el farolillo rojo, con
las posibles victorias de Rayo y Nástic. Y eso que ya se encara el ecuador de
la competición. Individualmente, más de lo mismo, con nuevo show de Trujillo,
ausente en el tanto de la derrota y en varias jugadas de peligro del Numancia
durante la primera mitad, y no por momentánea lesión. Con Morcillo sancionado y
Quintanilla sin contar, resulta complicado mover de la defensa a Joaquín, pero es una lástima que el prometedor jugador
almeriense no tenga más campo de acción para desarrollar sus virtudes, salvando
las distancias, similares a las de Busquets. Como imagen final, hay que
quedarse con el triple córner ejecutado por Corona, representación de la
impotencia de un conjunto que, a la chita callando, se va anclando en el fondo
de la clasificación sin hacer ruido, como cualquier personaje gris que pasa por
la vida para, tan solo, andar y respirar.
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