domingo, 19 de febrero de 2017

La suerte está echada

Mi nueva Acta, publicada en Diario de Almería

Si hoy vence el Mirandés en Vallecas, la UD Almería ocuparía el farolillo rojo. Vamos a reflexionar, en plena segunda vuelta, ¿es el lugar que le corresponde al plantel rojiblanco?  Sinceramente, creo que no. No me refiero a los deméritos contraídos, sino a la calidad de la plantilla, aun con sus luces y sombras. Estimados lectores, no tienen nada más que fijarse en el rendimiento de ciertos  jugadores válidos, como Nano, desaparecido en combate. Y es que en cualquier deporte, una desorganización promovida por un técnico, siempre provoca el mismo efecto: los puntos flacos de los jugadores afloran y las virtudes se ocultan. Esto es lo que le ocurre a este grupo de jugadores vestidos de rojiblanco, que lo mucho o poco que podrían dar de sí se ve ensombrecido por un entrenador incapaz, que en su primera etapa como técnico ha fracasado rotundamente. Desconozco si en el futuro Soriano aprovechará  para reciclarse, pero a día de hoy el otrora importante centrocampista de la UDA no está preparado para comandar la nave rojiblanca rumbo a la permanencia, por más que se empeñe el presidente. Siempre escucho la misma pregunta, ¿quién querrá venir? Pues yo creo que numerosos técnicos. La diferencia con respecto a la salvación no es insuperable y quedan aún bastantes jornadas. Y lo más importante, hay mimbres para el cesto de la permanencia. El de ayer, fue otro sinsentido más, una huida hacia adelante de un entrenador desesperado, en busca de cualquier resquicio por el que salir a flote. Ni corto ni perezoso, Soriano intentó redimir en tres días el mismo esquema que primero probó Joan Carrillo y que luego desarrolló con relativo éxito Gorosito la pasada campaña. Repito, en tres días y con jugadores que hasta hace bien poco, o no tenían equipo o jugaban en la llamada “Súper liga india”. Motta, uno de los más sacrificados en ese dibujo, no está todavía con pulmón suficiente. De verdad, esto no es serio. Además, en un choque que quizá sí requería de la presencia de Vélez como pivote defensivo, se echa mano de un Corona más que amortizado, en compañía de un desesperado Borja. Para rematar la faena, Soriano deja a Pozo en punta, sin una referencia por delante y con la obligación de presionar a los centrales contrarios. En la segunda mitad se demostró que, con cierta sensatez, se compite. No se puede hacer peor, ciertamente existe un arte en la vida, y es el de hacer las cosas al contrario de cómo deben ser. El rutilante artista es Soriano. No me vale la tardía reacción, el culpable de tirar por la borda  la primera mitad tiene nombre y apellidos. Se acabaron las excusas. El banquillo del próximo visitante del Mediterráneo estará ocupado por Francisco, el técnico que más partidos ha dirigido a un equipo de Almería en Primera, pero que a la postre fue destituido con cierta amargura. No quiero ni pensar que el próximo domingo mis ojos pudieran ver a Francisco noquear a Soriano. Eso sería macabro, e incluso contraproducente para el presidente. Por todo ello, probablemente la suerte está más que echada.

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