Mi artículo, más ingenio por favor, publicado en Diario de Almería
De nuevo ha resultado encomiable la entrega y la perseverancia de todos
los jugadores. Con independencia de la derrota, el compromiso por lograr
el ascenso está fuera de toda duda, y así lo indicó Gracia. El esfuerzo
del presidente se ve reflejado en nuestro gran plantel, que nos guiará a
primera. Anoche se generaron varias oportunidades para voltear el
marcador, pero la suerte pasó de largo. Dicho esto, cabe preguntarse los
motivos del traspiés más allá de la escasa fortuna en la que más de uno
se querrá resguardar. De hecho, el tanto de la victoria canario no es
sino la consecuencia de algo que en su momento no se ejecutó con
destreza. Las alineaciones de Gracia son más previsibles que un día de
invierno en Laponia. Las jerarquías en el once inicial se mantienen a
rajatabla, por lo que nunca se estructura una alineación en base a
menguar las virtudes del rival, como si fuéramos el Barça o el Madrid.
Anoche fue el turno de Calvo, un jugador que no duda en quejarse a su
técnico en cuanto se ve apartado, pero que no rinde en la banda. Nuestra
parcela central adolece de la agresividad necesaria para anular el
juego combinativo de un equipo tan habilidoso como Las Palmas. Al menos
los integrantes que suelen actuar en la medular. Y Esteban acumula
demasiados errores de bulto. Con estas premisas se comenzó a gestar la
derrota. En la segunda mitad, pese al dominio, no se aprovecharon todas
las posibilidades de la plantilla. Se reconoció el error con Calvo y se
dejó en el banquillo a Christian. Craso error. El lateral cántabro es
muy ofensivo, pero lo más importante es el valioso apoyo que le brinda a
nuestro mejor estilete, Falque, demasiado solo a la hora de encarar.
Luego se incorporó Rubén, si bien sustituyendo a Corona, cuando ambos
jugadores hubiesen aportado el plus final que se precisaba en forma de
asistencias, más allá de la infinidad de centros que se efectuaron. Los
recursos de esta gran plantilla podrían estar mejor aprovechados desde
el banquillo, pero tan sólo es una opinión.
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