Mi nueva Acta, publicada en Diario de Almería
Entre tanta duda se vislumbra la luz, porque el primer dato
esperanzador es no haber encajado. Todo va lento, pero va y el punto hay
que valorarlo en su justa medida.
Nadie podía imaginar lo que está aconteciendo, porque una cosa es que no
se pueda ascender y otra luchar como gato panza arriba por no ser
último. La adaptación a la categoría de plata está costando sangre,
sudor y lágrimas, ya sea por las expectativas creadas o quizá porque
este conjunto se diseñó con una idiosincrasia de Primera y numerosos
jugadores de Segunda. El reflejo de todo ello se constató en Alcorcón,
porque Santo Domingo (una auténtica catacumba) plasma con nitidez toda
la crudeza de la categoría. El problema es que se está a medio camino,
en plena transición. Ni arrollamos a base de buen fútbol y calidad, ni
se sabe cómo desarrollar el trabajo que permita crecer en este fango
llamado Segunda A. Entre tanta duda se va viendo la luz, porque el
primer dato esperanzador es el de no haber encajado. Todo va lento, pero
va. El Alcorcón creó demasiadas ocasiones al final, pero el punto hay
que valorarlo en su justa medida. Si en la próxima jornada se vence a la
Ponferradina, a buen seguro que se apreciará todo el padecimiento de
anoche. Paso a paso, aunque esta categoría también concede algún
respiro, dada la igualdad existente. De hecho, una hipotética victoria hubiese colocado a los de
Carrillo a tan solo cuatro puntos de un Alcorcón que roza los puestos de
promoción de ascenso. Por eso, es preferible que se vayan sentando las
bases. Si comenzamos por la portería, hay que sentirse satisfecho. Casto
completó, por fin, un encuentro espectacular. Puede que a simple vista
alguna intervención pareciera sencilla, pero al verlas repetidas cobra
especial trascendencia su concurso. La pareja que forman Morcillo y
Cuéllar impone. El exrayista fue el mejor rojiblanco de largo, estuvo en
todas partes y tuvo la habilidad de provocar una necesaria falta al
límite de la pena máxima. En cuanto a Cuéllar, es el mariscal que
cualquier técnico necesita en la retaguardia. Michel sigue en su buena
línea y solo Marín sigue despistado de más. Aun así, exceptuando el
último cuarto de hora, la casita ya tiene sus cimientos defensivos.
Fatau y Reyes también colaboraron, e incluso Soriano mejoró sobremanera,
aunque sí eché en falta el concurso desde el inicio de Pozo. Las
constantes diagonales que se intentaron durante la primera parte,
gracias a la movilidad de Chuli y Quique, puede que hubiesen llegado a
buen puerto con la precisión de Pozo, que estuvo sentado en el banquillo
mientras el espíritu de Iago estuvo sobre el césped, pero no el
futbolista procedente del Lugo. Quien tampoco anduvo fino fue Quique. Su oportunidad de la
segunda mitad no es de las que se deban desperdiciar; se puede errar,
pero no dar la impresión de una elección y ejecución de Regional. El
referido esfuerzo colectivo y la situación en la tabla requieren más
concentración en los momentos clave. Incluso, en la última jugada del
choque le sobró al goleador un regate. En cualquier caso, presumo que el
conjunto de Carrillo se va adaptando a la categoría. La defensa ya es
defensa y Pozo debe ser el enlace necesario que haga crecer a sus
compañeros. A mí, me vale el punto.
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