domingo, 29 de noviembre de 2015

Terminantemente prohibido desfallecer

Mi nueva Acta, publicada en Diario de Almería

Ya sé, otro empate más, aun así el progreso está ahí, a plena vista. Con una victoria este conjunto proporcionará alegrías; puede ser más efectiva que el bálsamo de Fierabrás

En mi anterior acta apunté a una mejoría. Algunos me cambiaron el nombre por el de don optimismo, aunque ciertamente se veía venir lo que anoche aconteció. Ya sé, otro empate más y algunas lagunas que permitieron que el rival de turno nos birlara dos valiosos puntos, no solo por la última jugada, sino por ciertas fases mejorables en la segunda mitad. Aun así, el progreso está ahí, a plena vista. Tan solo espero que la ausencia de una victoria en esta larga y tortuosa travesía, no influya en el esperanzador devenir de un equipo que con Carrillo se empieza a parecer a eso mismo, a un equipo. Un inciso, el Numancia visitó Almería rozando los puestos de promoción de ascenso. Ayer todos vimos al conjunto soriano. No hace falta decir nada más al respecto. A día de hoy la UDA es un duro rival. Si el ataque y el ingenio se asociaran al fin, este proceso de mejora que camina a paso de tortuga, puede que lleve a los de Carrillo al éxito, si partimos de la actual crisis. Este técnico comienza a tener a su conjunto trabajado, piensa en alternativas como la de Iago de lateral (buen debut en esa posición) y hace que la mordiente y el orden defensivo, desde el delantero más adelantado hasta el último defensa, sea estructurado y agresivo. De algo estoy más que convencido: con una victoria este conjunto puede darnos más de una alegría. Incluso si se hubiese perforado la meta contraria por segunda vez (qué pena la ocasión de Jonathan), en el mismo choque de ayer se hubiera recuperado parte de la espontaneidad que la confianza otorga a los atacantes. No pudo ser, pero así llegarán los resultados. Jonathan ha aportado frescura a la delantera e Iván Sánchez es de esos jugadores que debería jugar lo más posible ya que, salvando las distancias, me recuerda ejecutando el balón parado al gran Pantic del Atlético. Para la UDA, ese aspecto del juego resulta capital en estos momentos. Vélez también contribuye por delante de la defensa a que la seguridad sea mayor, sin embargo me sigue sobrando Montoro, el jugador más insípido que he visto en años. El banquillo rojiblanco era extenso y de calidad, con lo que supuso todo un lujo que Fatau o Pozo fueran espectadores de lujo. El enganche que se necesita para activar a los delanteros, ni se llama Reyes, que jugó más adelantado de lo habitual, ni mucho menos Montoro. Equilibro es disponer de Reyes y Vélez, así como de otro integrante en la parcela central con cierto talento para distribuir y enlazar con los puntas. Por lo demás, la disciplina que ya se plasma sobre el terreno de juego, junto a los refuerzos que en el mercado de invierno deberían llegar, me hace sentirme tan esperanzado o más que a la finalización de la jornada anterior. No hay nada más que echar un vistazo a los resultados y a la clasificación para darse cuenta de que una vez que la UDA se adapte definitivamente a la categoría, y a la espera de los referidos refuerzos, se puedan escalar posiciones, que en Segunda es como visualizar de cerca el sexto puesto en escasas semanas. No iré tan rápido, pero estoy convencido de que una victoria puede ser más efectiva que el mismo bálsamo de Fierabrás.

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