lunes, 18 de abril de 2016

El fruto de una buena siembra

Mi nueva Acta, publicada en Diario de Almería

El que suscribe no está para hacer de Rafael Alberti, imitando su oda a Platko, sino para analizar las deficiencias y dar un punto de vista constructivo. 

La hazaña lograda en esta jornada se asemeja a la de un escalador que conquista la cima antes de que llegue la tempestad. Así, sí se puede divisar con claridad la meta en el horizonte. No fue sencillo, para que esto llegara a suceder se ha ido realizando un trabajo estajanovista, no exento de altibajos y mala fortuna. Uno siempre deseó contar y analizar tal cual esta situación, que parecía no arribar nunca. El momentáneo éxtasis debía llegar si se cortaba de raíz la sangría de tantos en contra que, al contrario de lo que sucedió ayer, solía dar alas al rival y recubría de nervios a los rojiblancos. El que suscribe no está para hacer de Rafael Alberti, imitando su oda a Platko, sino para analizar las deficiencias y dar un punto de vista constructivo. Precisamente, la ausencia de derrotas fuera de casa y, sobre todo, la referida seguridad en defensa, ha obrado el milagro de poder ver a un conjunto que en El Toralín se ha sentido seguro de sí mismo. Como se demostró, poco importa si hay tres centrales a la hora de atacar porque, como indiqué en repetidas ocasiones, los laterales convertidos en carrileros son la auténtica clave de este sistema. De hecho, el primer tanto vino por el flanco izquierdo al irrumpir por sorpresa Dubarbier. Dicha distribución está siendo tan sana para los intereses rojiblancos, como productiva para su cuenta de resultados. Con todas las dificultades, desde que se apostó por cortar la hemorragia goleadora en contra, al reforzar la zaga en aquel choque ante el Zaragoza, se ha encadenado una racha con guarismos de ascenso, siendo la UDA el segundo conjunto menos goleado desde esa jornada con 8 tantos, tan solo mejorado por el Girona, con 6. Desde ahí sí se puede partir para que el mismo Dubarbier, que completó un gran partido, diera las asistencias de los dos goles en la primera mitad. En la segunda, fue Michel quién habilitó a Quique para asegurar la victoria. ¿Son clave o no los laterales carrileros acompañados de tres centrales, con la seguridad defensiva de éstos últimos? La respuesta es obvia. El adversario, todo hay que decirlo, anduvo excesivamente flojo. A veces uno no sabe si por el baño del oponente, por un mal día o por cualquier otra circunstancia. Cierto es que la UDA recogió los frutos al consolidar un esquema con una distribución práctica, como es la Segunda A, con una pieza clave como Pozo. Y es que, reitero una vez más, ¿se pretendía competir en esta categoría con dos centrales acompañados de unos laterales fuera de su zona? ¿También sin la figura de Pozo? Pues así de mal se ha llegado a rivalizar buena parte de la competición. Ramírez, Pozo, Quique, todos ellos destacaron, pero me gustaría hacer una mención especial a José Ángel. Estuvo al borde de ser cortado en pretemporada, pero ahora es un jugador esencial que le ha quitado el puesto a compañeros supuestamente fundamentales. Me recuerda lo de Cisma en Primera con Emery. La superación y el esfuerzo es lo que en la vida en general, y en el deporte en particular, prima.

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