lunes, 4 de abril de 2016

De aquellos polvos vienen estos lodos

Mi nueva Acta, publicada en Diario de Almería

El plantel conserva el mismo miedo que un perro retiene en su memoria si anteriormente fue maltratado. Ha costado recubrir a este equipo con el caparazón adecuado para Segunda.

Con el sistema de tres centrales y dos carrileros, la UDA de Gorosito es prácticamente imbatible. Esa aseveración no la manifiesto como consecuencia de una racha más o menos prolongada, sino que desde finales de enero el modus operandi de este conjunto es sobradamente conocido y padecido por parte de los rivales de turno. Es un sistema machacante, torturador para el contrario, que anula al oponente. La mayor deficiencia podría llegar por las escasas oportunidades generadas, si bien suficientes para vencer en esta complicada categoría de plata. Para ello, es fundamental la figura de Pozo, que volvió a brindar a sus compañeros un par de asistencias de oro. Aun así, la máquina engrasada en la que se ha convertido la UDA, plasmada sobre cualquier terreno de juego, ya sea Vitoria, Elche o Valladolid, prosigue su marcha en pos de la permanencia. El camino trazado es el correcto y tan solo hay que esperar a que caiga la fruta madura, pero existe un grave problema que está ralentizando el proceso, y es el miedo al triunfo. Estoy convencido de que el día que se abandonen los puestos de descenso y se consolide la actual dinámica de equipo dominador del tempo del encuentro, se disfrutará de lo lindo porque al fin se les verá gozar a los rojiblancos sobre el césped. Si nos ajustamos al partido de Zorrilla, se comprobó a las claras que el tanto de Quique ejerció de cortacircuito en la mentalidad de los jugadores. En vez de seguir en la misma línea, sería lo lógico, apareció el miedo escénico y se dio un paso atrás en el afán por conservar de una vez por todas la victoria fuera de casa y salir de los puestos de descenso. Es una lucha sin cuartel entre la acertada táctica, demoledora repito para cualquier contrario, y la mentalidad de un plantel que conserva el mismo miedo que un perro retiene en su memoria si anteriormente fue maltratado. El tanto final encajado no hace sino dilatar en el tiempo el temor, aunque a la vez el buen hacer de los últimos tiempos está logrando, pasito a pasito, algo impensable hace varias jornadas, cuando el descenso se atisbaba a 7 puntos en el lejano horizonte y la zaga era un auténtico coladero. Los de Gorosito ya saben a lo que juegan, y el que diga lo contrario es que está ciego futbolísticamente hablando. Otra historia bien distinta es que mentalmente este conjunto sigue desnudo, tanto como lo exhibió Sergi desde las primeras jornadas. Ha costado recubrir a este equipo con un caparazón adecuado e impregnarle a sangre y fuego la idiosincrasia de la Segunda A, porque de aquellos polvos de Sergi están viniendo estos lodos mentales. En una mini liguilla desde la jornada 22, cuando se comenzó a apostar por el actual sistema, la UDA ha logrado 15 puntos y el séptimo puesto, a solo 3 del Gimnàstic, líder de la hipotética mini liguilla, con 18. Si alguien se atreve a criticar estas estadísticas pese a todos las dificultades sufridas con anterioridad, o no tiene pajolera idea de qué va esto o no se ha sentado a analizar en profundidad de dónde venimos, y hacia dónde y cómo hay que llegar.

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