Mi nuevo artículo, publicado en Diario de Almería
Ahora sería impensable, pero en días lluviosos como el de ayer había que
cruzar por el barro para presenciar in situ un encuentro de la AD en el
Franco Navarro. No había medias tintas, sin aceras, o nos aventurábamos
o uno se quedaba sin partido porque no había televisión en directo, y
lo que es peor, los resúmenes de nuestro club casi nunca llegaban a
tiempo. Con 11 años lo llevé bien, pero algunos seguidores en los
albores de la jubilación lo pasaban regular. No importaba, la ilusión se
sobreponía al fastidio de partir hacia el campo muy temprano por las
largas colas de la Ctra. Granada, al complicado estacionamiento
provocado por la gran cantidad de espectadores que acudían a un recinto
que acogía más publico del permitido y al inconveniente de tener que
levantarse del asiento para poder ver la jugada que se producía, a
derecha o izquierda, si los contendientes rivalizaban cerca del corner.
Nada ni nadie lograba eclipsar la utopía que estaba a punto de hacerse
realidad. El choque del ascenso frente al Castellón fue el punto culmen
de todo aquello. Emoción a flor de piel y aroma a puros habanos. Los
nuestros remataron la faena a lo grande, unos jugadores que en gran
parte caminaron de la mano de la Agrupación por todas las categorías
existentes. Un incrédulo seguidor sentado a mi lado, se expresó a falta
de 20 minutos después de permanecer mudo durante todo el partido. ¡No me
lo creo, el año que viene leeré en los carteles, Almería-Real Madrid!
Fue tan sincero y natural como explícito. Y es que aquellas proclamas de
papel eran sagradas. Menos mal que al hombre no se le ocurrió viajar al
futuro, porque si no le da un síncope al comprobar cómo el mismo Real
Madrid no pudo vencer a la AD tres meses después. La estampa final del
malogrado Maguregui, recorriendo el campo a hombros tras la gesta,
mientras los aficionados le vitoreaban desde la grada, quedó en la
retina de todos nosotros. Han pasado 35 años, pero todavía huelo a puros
habanos, como si lo hubiese presenciado ayer mismo.
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