Mi sección, El acta de Vivancos, publicada en Diario de Almería
Más allá del resultado mandan las sensaciones. Éstas son las que, casi
siempre, indican el futuro a medio plazo. Y digo medio porque el fútbol
es muy traicionero y cualquiera sabe lo que puede acontecer allá por la
próxima Semana Santa. El caso es que hemos caído derrotados dulcemente
por el buen trabajo, el orden y concierto de un equipo que, de momento,
se ha integrado en primera. Parece que Francisco se ha dado cuenta, tras
solicitárselo varias veces, de que el trío del centro del campo es más
que necesario. No me gustaría pensar que al enfrentarnos en la siguiente
jornada a un adversario de nuestra liga, volvamos a ceder parte del
terreno de juego. Frente al Atlético se hizo casi todo bien. Se contuvo a
los colchoneros cuando hizo falta con un armazón firme, cuantioso y muy
junto, mientras que se atacó, eso sí, con más fe que intención,
buscando siempre el centro fácil. Jonathan debería de haber encarado a
los laterales en más de una ocasión, en vez de insistir tanto en el
centro estéril. En cualquier caso se acarició el objetivo de maniatar a
los campeones de liga a la espera de un contragolpe eficaz, que a la
postre nunca llegó. Repito, esta derrota tan dulce nos debe mostrar el
camino a seguir, el de un centro del campo poblado, se llame el rival
Eibar o Real Madrid. A partir de ahí entra en juego el plano individual,
saliendo a la palestra en primer lugar Rubén. Tiene cuerpo de gran
portero y además sus acciones y decisiones están jugando a nuestro
favor. Si continúa en esta progresión contamos con un baluarte capital
de cara a la salvación. Un mito que debe caer es el de los jugadores que
no suelen ir convocados por su supuesto mal estado físico o mental.
Mané, sin realizar un esplendoroso encuentro, demostró que está listo
para competir, no como antaño, pero sí de forma digna. De hecho, estoy
en contra de los onces tipo y a favor de rotar los jugadores en función
del rival, de las circunstancias y de dónde se dispute el choque.
Nuestro extécnico Emery lleva 58 alineaciones diferentes de las últimas
61, y creo que el entrenador vasco es alguien en el fútbol actual. La
obligada ausencia de Thomas se notó, pero con un sistema definido son
los hombres los que rotan, siendo éstos súbditos de la estructura. Sin
embargo con el cambio de Hemed (sigo enamorado de este jugador) por
Thievy, dicha estructura sale perdiendo considerablemente. Todavía no
veo al jugador congoleño centrado. Si debe jugar, por lo que sea, nunca
hubiese sustituido a Hemed, capaz de generar una ocasión de gol por su
calidad dentro del área. Solo Kalu Uche, cuando le apetecía, estaba
habilitado para ejecutar lo que a nadie se le ocurría. Ojalá que no
perdamos la cabeza y sigamos en la misma línea, o sea, la de dificultar
al contrario su movilidad en la parcela central, porque si anoche no se
llegó tanto, fue debido a la calidad del Atlético. A buen seguro que
ante otro adversario, se puede conservar la misma solidez y a la vez
llegar al área contraria con más peligro.
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