Mi sección, El acta de Vivancos, publicada en Diario de Almería
El fútbol no es matemática, pero se aproxima. El hecho de que se afronte
un partido explotando todos los recursos no garantiza nada, pero al
menos traza el camino a seguir. Si luego no se llega a la meta, queda la
satisfacción del deber cumplido. Como diría José María García, expresé
por activa y por pasiva la necesidad de reforzar el centro del campo, de
explotar todas nuestras armas, en resumidas cuentas, de ejercer de
equipo modesto en primera y de extraer el máximo jugo a nuestra
plantilla. La consecuencia la vimos en Anoeta: con la pieza que faltaba
podremos ganar, empatar o perder, pero el porcentaje de éxito se eleva
sobremanera. Esa pieza se llamó ayer Azeez, pero se podría apellidar de
otra manera; no es cuestión de nombres, sino de hombres en una zona
capital del terreno de juego. Como ya ocurrió en Granada en la pasada
temporada, se volvió a ver un conjunto más unido, más compacto, más
junto. Entonces, ¿por qué a veces nos empeñamos en ir contracorriente?
Dos pruebas en dos situaciones delicadas (mucho más la de la anterior
campaña), y dos victorias a domicilio en estadios complicados. Incluso
se podría ir más allá y jugar con un 4-4-2, dando más libertad a los
laterales, pero vayamos pasito a pasito. Lo que sí tengo claro es que de
seguir con este sistema (parece lo más lógico) nos falta incluso otro
centrocampista en el banquillo del estilo de Verza, Thomas o Azeez.
Sobre este último quisiera detenerme. No pudo jugar los partidos de casa
por sanción y por la Copa de África, pero nada le impedía al
mundialista disputar el choque de Getafe. Un pecado, ¿no? Pues casi.
Azeez es ese tipo de centrocampista que no destaca en nada pero que casi
todo lo hace bien, aparte de dar equilibrio. Pero como decía antes, por
encima de las individualidades está el sistema, y éste nos posibilitó
obtener más control y más fluidez a la hora de atacar. En defensa sí
tuvimos dificultades, porque entre otras cosas sigo pensando que nos
falta más agresividad. Lo de Hemed es un lujo. Cierto es que marró un
tanto, pero lo que nos va a aportar este gran delantero lo vislumbro en
una bola mágica. Rubén también destapó el tarro de las esencias (venía
de salvar un punto contra el Córdoba). Por contra, Dubarbier la volvió a
liar. En una zona del campo estéril no se puede cometer tal error, que
pudo costar la victoria. Ya van unas cuantas del argentino. Édgar me
transfiere sinsabor. Encomiable lucha, intervenciones continuadas, junto
a ejecuciones deplorables. El único pero que le achaco a Francisco fue
la tardanza en ingresar a Vélez, porque a veces se trata de conservar lo
cosechado, sin tener que ser tildado de "amarrategui". De lo que sí
puede estar orgulloso Alfonso García es de un dato irrefutable:
Trujillo, Vélez, Azeez, Édgar y Jonathan no disputaron los minutos de la
basura. Cinco jugadores que han pasado por el filial. Se atisban más
por el horizonte. Así, hay futuro.
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