Mi nueva Acta, publicada en Diario de Almería
Servidor tiene un cometido semanal en este rotativo, el de
emitir la opinión de cada encuentro de la UDA, como el de mis compañeros que,
tras cada partido, trabajan para ofrecer un extenso cuadernillo de deportes.
¿Se imaginan si los protagonistas que nos conciernen no cumplieran con parte de
su quehacer semanal? Pues eso mismo ocurrió en Soria. No se trata de no tener
acierto, ni de escoger por parte del técnico la táctica equivocada, ni siquiera
de dejarse llevar ante una inminente conquista del objetivo. Se trata de
desplazarse a Soria para disfrutar de un supuesto relax después de tantas
jornadas en la boca del lobo. Lo malo es que se vuelve a la boca del lobo y a
confiar en que los rivales no sumen de tres en tres. Y todo, repito, por ir a
Soria con una excesiva relajación, a verlas venir. Se puede perder intentándolo
o incluso disputar un choque ridículo como el de Albacete, por no plantear bien
un partido o una temporada, pero lo que es inadmisible es que se dispute, entre
comillas, un encuentro patético en lo que se refiere a la actitud, sobre todo
en su primera mitad. Si aun se viene de
una racha positiva, con un sistema consolidado y sin la agobiante presión psicológica
del que se creía candidato al ascenso y se ve hundido en la cola, frente a un
rival medio salvado, la cosa ya pasa de castaño a oscuro. Lo que corrobora toda
esta retahíla son las escasas oportunidades del Numancia, que con su exigua
anticipación se impuso con claridad. En el primer tanto encajado (ya se veía
venir lo que después acontecería) Unai Medina pudo entrar en el área como Pedro
por su casa para batir sin remisión a Casto, que ayer fue acribillado, más
que por el adversario, por la pasividad
de sus compañeros. Lo peor vino al comienzo de la segunda mitad, ya que el
tanto de Alex Alegría delineó a la perfección al desdibujado e inerte conjunto
de Gorosito, a pesar de la supuesta bronca del descanso. De ahí al final un
acoso estéril en busca de lo imposible. En el fútbol actual ningún equipo se
puede relajar y si no que se lo pregunten a los jugadores del Barça. Tan solo
se podría destacar el tesón de Dubarbier. A veces uno se pregunta el porqué de
la continuada titularidad del lateral argentino, pese a sus cuantiosos errores
de antaño y a los numerosos entrenadores que han pasado por el banquillo
almeriense, que al final siempre cuentan con su concurso. Y es que su lucha y
constancia a veces vale más que su escaso acierto. Otro jugador al que nada se
le puede reprochar es a Quique. Tampoco en la tarde de ayer. Siempre luchador,
combativo, se encontró solo ante la marabunta de jugadores sorianos en busca de
certificar una permanencia que ya tenían medio asegurada. No destaco a Quique
por su excelente temporada, pese a que eran otros los que venían de estrella
con sueldos acordes a su fama, sino que en Los Pajaritos se fajó como el máximo
goleador almeriense acostumbra. Toca seguir sufriendo. Servidor semanal de
ustedes no va a bajar la guardia en pos de poner un minúsculo granito de arena
para ayudar a salvar una categoría capital para el club y nuestro entorno.
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